Opinión

Se descorre el velo de la corrupción azerí

14 de septiembre de 2017

aliev corrupDesde hace años Azerbaidján se maneja con total impunidad en el plano internacional apoyado en la fuerza de sus petrodólares comprando voluntades descaradamente. La política tiene siempre actores interesados en el dinero fácil y rápido que se obtiene a través de distintos tipos de maniobras que incluyen “fundaciones” o grupos de “think thank” dispuestos  a cosechar/brindar apoyos en organismos internacionales. Estos “amigos” de Bakú han accionado repetidamente contra Armenia y Artsaj promoviendo resoluciones contrarias a nuestros legítimos intereses basadas únicamente en poco sostenibles  argumentos que solo el dinero fresco puede impulsar.

También, hace varios años numerosas voces independientes alertaban sobre las maniobras de Aliev y sus secuaces. Organismos como Reporteros  Sin Fronteras o Humans Right Watch denunciaron repetidamente las violaciones de derechos humanos, el encarcelamiento de opositores y periodistas y otras agresiones a sus minorías. Sin embargo, la mayoría de esas acusaciones cayeron en saco roto porque siempre privaron los intereses económicos priorizados por distintas potencias más preocupadas por la provisión de energía a buen precio que por ser fieles a sus tan declamadas convicciones humanitarias.

Pero un buen día, un grupo de investigación compuesto por periodistas de más de quince medios de Europa, Asia y América, dio a conocer sus conclusiones y descubrió así una gigantesca trama de corrupción que involucra no solo a políticos sino también periodistas de cierto renombre. El escándalo no tardó en estallar porque son muchos los involucrados que mordieron una tajada de los casi tres mil millones de dólares invertidos por Aliev para sostener su impunemente su tiranía y mantener sepultados los derechos de los armenios de Artsaj.

Dentro de los hechos de corruptela hay uno que nos  hirió sobremanera a los armenios y es el caso del teniente armenio Kurkén Marcarian quien fuera muerto a hachazos mientras dormía en Bucarest, por el también militar azerí Ramil Safarov. El criminal había sido condenado a cadena perpetua por la justicia húngara, pero de la noche a la mañana el convicto fue extraditado a Azerbaidján con la condición de que cumpliera el resto de su pena allí. Pero apenas puso un pie en su país fue liberado y recibido como héroe nacional por Ilham Aliev, quien lo ascendió varios jerarquías  y además recompensó con una enorme suma de dinero. Ahora se supo que Bakú pagó entre siete y ocho millones de dólares para lograr su liberación. Las transferencias de dinero involucran a familiares de un alto político húngaro, según informó un medio de prensa de ese país.

Desde estas columnas alertamos en numerosas ocasiones sobre los repetidos viajes de políticos y funcionarios de gobierno argentinos “invitados” por el gobierno azerí con distintos argumentos, muchos de ellos poco creíbles. Incluso, muchos de estos “afortunados” amigos de Azerbaidján intentaron más de una vez presentar proyectos de apoyo a la dictadura de Aliev acusando de genocida a Armenia. Personalmente tuve la ocasión de entrevistar a un diputado (hoy mandato vencido) que “habló” de las bondades de Azerbaidján, pero no pudo o no quiso responder sobre elementales cuestiones de derechos humanos de ese país, seguramente “desconocidas” por él.

Probablemente muchos de los que trabajaron o trabajan aun para el régimen autoritario de Aliev tendrán que poner sus barbas en remojo pues corren el enorme riesgo que se descorra también el velo del triste comportamiento de muchos “demócratas” que a ambas orillas del Plata integran esa cohorte de adoradores del verde billete azerí.

Jorge Rubén Kazandjian

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