Sergio Toukatli: “Mi padre no contaba mucho porque tendría feos recuerdos”

08 de octubre de 2019

Sergio Toukatli lleva una destacada carrera profesional como periodista y abogado. Se desempeñó en varios medios escritos y en televisión. Durante la vuelta de la democracia trabajó en Casa de Gobierno, lo que lo llevó entablar una buena relación con el expresidente Raúl Alfonsín y a ser su jefe de prensa durante sus últimos años en política.

Nunca sospechó tener origen armenio. Su padre y sus abuelos eran de Siria y jamás se habían referido al respecto. Sin embargo, el parecido del apellido y un documento encontrado de su padre de la Unión Nacional Armenia bajo el nombre de “Toukatlian” lo hizo comenzar a barajar esta posibilidad. “Tiene un valor enorme, me están mostrando parte de mis raíces que yo no conocía”, afirma ante esta posible revelación. Con 61 años y una amplia trayectoria, Sergio Toukatli cuenta sobre su relación con lo armenio, su trabajo como periodista y su cercana relación con Raúl Alfonsín. “Trabajaba en Casa de Gobierno desde chico, como cadete”, comienza Toukatli. “Cuando no tenía tareas que hacer, iba a la sala de prensa, cortaba cables y los ponía en sus respectivas carpetas.

En 1984, con el advenimiento de la democracia y la llegada de Raúl Alfonsín, me pasaron a la oficina de prensa. Me daban gacetillas, cosas simples, porque todavía no era periodista. En esa misma época me anoté para estudiar periodismo en el Instituto Grafotécnico. En el último año de esa carrera empecé a estudiar Derecho y en cinco años me recibí de abogado, aunque seguí trabajando un tiempo como periodista. Trabajé en Casa de Gobierno, en la Agencia de Noticias Argentinas, fui Jefe de Redacción en Infosic y luego trabajé un año en La Razón haciendo política. Además tuve un programa político en P&E, que luego lo hicimos en Magazine, llamado Conferencia de Prensa”.

—¿Cómo siguió tu carrera?

—Me cansé del periodismo. Me cuesta trabajar en los lugares donde me acotan, donde no me puedo explayar como a mí me gusta. Cuando trabajás en medios periodísticos, a medida que va pasando el tiempo, ya no escribís como vos, sino como el medio. A veces escribís algo que al medio no le gusta y entonces no sale. Dejé el periodismo pero no me alejé de la parte periodística. Me fui a trabajar como jefe de prensa de Alfonsín cuando fue elegido senador. Luego cuando renunció seguí trabajando con él. Tenía mi despacho en su oficina junto a Margarita Ronco, su secretaria de siempre. Era un expresidente visitado por muchísima gente. Era un político de raza. Nació y murió siendo político. Lo iban a ver para charlar, para buscar consejos. Era una persona que no paraba un minuto. Escribía y leía mucho. Tenía una biblioteca enorme. En ese tiempo escribió el libro Memoria Política. Tenía varios temas fundamentales de su mandato y yo colaboré en una de sus partes, la del ataque al Regimiento 3 de Infantería de La Tablada. Incluso figuro entre los agradecimientos, con unas lindas palabras que escribió para mí, algo que me enorgullece. (N. de la R.: Alfonsín expresa en los agradecimientos del libro: “A Sergio Toukatli por la excelente investigación que llevó a cabo en el tema de La Tablada y por sus sugerencias a partir de la lectura original”). Luego escribió Teoría del Estado, un libro de Derecho político para entendidos, con lenguaje político y legal.

—¿Cómo era el trato con él?

—El trato conmigo era muy cordial, pero no de empleado, sino prácticamente como de colegas. Tenía un cariño muy especial por él y él tenía un cariño muy especial por mí. Para mí Alfonsín fue una luz para seguir. Un tipo probo, honesto, con una preparación espectacular. Un estadista.


Un objeto. En mi casa nunca tuvimos ningún detalle que nos hiciera pensar que descendíamos de armenios o que fuéramos armenios, y mi papá esto no nos lo mostró nunca. Cuando lo descubrí fue como un flash. Esto tiene un valor enorme, porque en realidad me están mostrando parte de mis raíces que yo no conocía, que se me revelaron. Es algo que me sensibiliza.

—¿Cómo ves su gobierno a la distancia?

—Alfonsín siempre hablaba de la ética de la responsabilidad, que vos podés tener muchos conceptos políticos sobre determinada idea pero lo principal que tenés que manejar como gobernante es la responsabilidad. Nosotros recuperamos la democracia y él la llevó adelante y la sacó a flote en un momento que se podría haber perdido todo lo que se había ganado el 10 de diciembre de 1983. Lo que hay que reconocerle es eso: haber tenido un gobierno espectacularmente democrático, aunque malo económicamente. Le fue mal porque el país estaba mal, el contexto externo estaba mal y la fuerzas económicas del país jugaron en su contra, pero desde el punto de vista político y democrático fue el que hizo que la democracia flotara, porque estuvimos a punto de irnos a pique. Muchos lo critican pero sin mirar el contexto histórico. Siempre estuvo convencido plenamente de todo lo que hizo.

Alfonsín fue uno de los primeros que reconoció el Genocidio Armenio. Lo acompañé a un acto en la Asociación Cultural Armenia cuando dejó de ser presidente. Me puso contento ver la placa que lo recuerda en el frente del edificio.

—¿Cómo es el origen de tu familia?

—Mi papá es nacido en Alepo y mis abuelos paternos también. Mi madre nació acá, pero mi abuelo materno era de Damasco y mi abuela materna era de Oms, también de Siria. Mi abuelo materno vino de Siria y estuvo un tiempo en Porto Alegre, por eso hablaba una mezcla de árabe con portugués y castellano, que no le entendía. Mi padre no contaba mucho porque tendría feos recuerdos. Él llegó después de la Primera Guerra Mundial. Eran de Barracas y luego se mudaron al barrio “La Mosca” en Avellaneda. Trabajaba en la feria, igual que mi abuelo. Tuvo tres hermanas. Las dos mayores se casaron con dos armenios, Garabedian (textil) y Donabedian (carpintero).

—¿Nunca se te ocurrió pensar que tu familia era de origen armenio?

—No porque mis padres jamás mencionaron que fueran armenios. Es más, cuando viajé a Siria estuve en Alepo y la casa de mi papá no estaba en el barrio armenio por lo que no sé qué decir. Sin embargo, tengo este documento de la Unión Nacional Armenia en el que mi papá figura como Toukatlian. Así que puede ser, aunque no lo tengo claro. Tampoco sé que decir con respecto a que mis tías se hayan casado con armenios. Le llevaban muchos años a mi papá. Creo, ahora, que se movían en el ambiente armenio. Evidentemente hay muchos nexos con los armenios.


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