Silencio selectivo: Por qué a la comunidad armenia le duele la desigualdad en la trascendencia mediática de los conflictos

20 de octubre de 2023

Desde la guerra de 2020, una de las mayores obsesiones de las comunidades armenias de todo el mundo fue romper con un aparente silencio selectivo mediático y social sobre lo que estaba pasando en Artsaj y Armenia. La cuestión se exacerbó el 12 de diciembre de 2022 cuando empezó el bloqueo de Azerbaiyán contra Artsaj y tuvo su punto máximo el 19 de septiembre, cuando el Ejército azerbaiyano avanzó definitivamente y provocó el éxodo masivo de la población nativa de origen armenio.

Los medios de comunicación de Armenia y la diáspora estuvieron siempre enfocados en la cobertura de estos hechos, muchas veces aportando material para los medios masivos. Desde que Azerbaiyán inició la guerra de 2020 hasta que logró la limpieza étnica de Artsaj en 2023, hubo dos grandes conflictos que acapararon la atención del mundo entero: Ucrania y Rusia, Israel y Hamás. Hubo casi una decena de conflictos armados en áfrica y Medio Oriente que no llamaron la atención del periodismo mainstream.

Pero para la comunidad armenia, el conflicto de Artsaj no se visibilizó lo suficiente. La comparación entre la atención que se le prestó a otros países por sobre Armenia es uno de los temas más recurrentes en debates y charlas de la comunidad. La propaganda de Azerbaiyán dice exactamente lo contrario: que los medios siempre cubrieron el conflicto desde la posición armenia, una posición que no es del todo cierta.

¿Por qué duele tanto el silencio selectivo? El silencio fue históricamente el principal enemigo de la Causa Armenia. Los sobrevivientes del Genocidio Armenio siempre vieron una correlación directa entre silencio y tragedia. Después de romper el silencio intracomunitario de la primera generación de sobrevivientes y refugiados, de ponerle palabras al dolor, la lucha contra la política estatal negacionista de Turquía tuvo como eje que el mundo hable del Genocidio Armenio, una forma de buscar solidaridad y paz a través de la adopción internacional de la narrativa de la víctima.

¿Cuál es la solución? ¿Cómo se puede romper ese silencio internacional? Lo primero que hay que entender es que ganar la agenda mediática no implica para nada que el conflicto se resuelva favorablemente para el pueblo armenio. En cualquier caso, la lucha en el campo de la comunicación puede servir como un medio para un objetivo concreto y particular, sea exigir sanciones contra Azerbaiyán, impulsar un juicio penal internacional contra las autoridades azerbaiyanas o luchar por el retorno de la población nativa de Artsaj.

Como en cualquier proyecto, se necesita determinar objetivos y pasos para concretarlos. La historia -cualquier historia-, nunca es una narrativa cerrada: está siempre en relectura, reinterpretación y reescritura permanente. La guerra narrativa nunca es por la verdad o la mentira como conceptos estáticos. El apoyo para quienes construyen y defienden la posición armenia será esencial en esa lucha.

Matías Raubian

Compartir: