The Guardian reveló cómo opera la red de trolls de Azerbaiyán que había sido prohibida por Facebook

14 de abril de 2021

Facebook ha permitido que una campaña de acoso respaldada por el Estado azerí dirigida contra medios de comunicación independientes y políticos opositores en Azerbaiyán regrese a su plataforma, menos de seis meses después de que fue prohibida.

Una investigación realizada por The Guardian reveló cómo Facebook permitió que el partido gobernante de Azerbaiyán, el YAP, llevara a cabo la campaña por 14 meses después de que una empleada, Sophie Zhang, alertara por primera vez a los gerentes y ejecutivos de su existencia en agosto de 2019.

En octubre de 2020, el sitio había anunciado que estaba eliminando más de 8.000 cuentas  y páginas de Facebook e Instagram vinculadas al YAP, por violar su política contra el “comportamiento no auténtico coordinado” (CIB), un tipo de operación de engañosa que había sido utilizada por Rusia para interferir en las elecciones estadounidenses de 2016.

Un análisis de una publicación en la página de Facebook del medio de comunicación independiente Azad Soz (“Libertad de expresión”) encontró que 294 de los 301 comentarios principales (97,7%) provenían de páginas de Facebook que se habían configurado para que se asemejaran a las utilizadas por usuarios.

Esto parece indicar que se permite que el régimen autoritario siga manchando el debate en uno de los únicos lugares con libertad expresión disponibles en Azerbaiyán, país que ocupa el puesto 168 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.

“Facebook no está interesado en países como Azerbaiyán”, expresó Arzu Geybullayeva, una periodista azerbaiyana que vive en Turquía debido a las amenazas recibidas por sus notas. “Su informe muestra cuán indiferente es la plataforma para los países que no están en el centro de atención y son menos conocidos. Hubo varios intentos fallidos antes de que Facebook tuviera a alguien trabajando en la región. Realmente no se los puede molestar”.

Zhang había descubierto la operación troll en medio de su trabajo como científica de datos para un equipo en Facebook dedicado a combatir estas cuestiones como likes, interacciones y comentarios de cuentas no auténticas. Así encontró miles de páginas de Facebook, perfiles de empresas, organizaciones y figuras públicas, que se habían configurado para que se parecieran a las de un usuario común y se estaban siendo utilizadas para llenar las páginas de los pocos medios de comunicación independientes y políticos opositores de Azerbaiyán en un horario determinado: se realizaban casi exclusivamente de lunes a viernes entre las 9:00 y las 18:00 horas, con una hora de pausa en el almuerzo.

Una lista de los 20 objetivos principales de la operación, generada por Zhang en agosto de 2020, incluye a los críticos más prominentes del líder autocrático de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, quien ha gobernado con un control cada vez más autoritario desde 2003. Hay medios de comunicación cuyos editores han sido forzados al exilio, como el periódico Azadliq, Azad Soz y Mikroskop Media; medios de comunicación cuyos sitios están bloqueados en Azerbaiyán, como Radio Free Europe y Abzas.net; y partidos políticos opositores como el Frente Popular de Azerbaiyán (APFP) y su presidente, Ali Karimli, fuerza que según Human Rights Watch ha sido víctima de una “represión implacable”.

Karimli le dijo a The Guardian que los ataques en Facebook del “vasto ejército de trolls” del YAP eran parte de una campaña coordinada por el gobierno que incluía piratear sus cuentas de redes sociales y bloquear su acceso a Internet.

“Tenemos un régimen muy represivo. No hay periódicos ni canales de televisión independientes. La única forma de expresar tu opinión libremente es a través de las redes sociales”, comentó. “Entonces Facebook, Instagram y otras plataformas juegan un papel importante aquí. Son populares porque no tenemos espacios de información gratuitos”.

Karimli dijo que los funcionarios estatales habían copiado la idea de una “fábrica” de trolls de Rusia. Estimó que el régimen empleaba a unas 10.000 personas para esto a tiempo completo. Estaban ubicados físicamente en Bakú, y distribuidos dentro de la rama juvenil del YAP, así como en el Ministerio del Interior y en ONG financiadas por el estado.

También agregó que en un país que tiene alrededor de tres millones de usuarios de Facebook, estos eran fáciles de detectar. “No tienen fotos o vida personal. Abren cuentas sólo para engañar”, manifestó.

El uso de trolls para producir comentarios que elogien al oficialismo y critiquen a la oposición es “una de las herramientas sociales del autoritarismo”, dijo un investigador que estudia tecnología y disidencia en la región. 

“Para mantener su gobierno, ellos deben lograr la impresión de que la gente realmente los apoya”, explicó al respecto. “En esta era de las redes sociales, los comentarios, los me gusta, los seguidores y todos estos apartados  cuantificables son una muy buena manera de hacerles saber a sus rivales que la gente está con ellos”.

La catarata de comentarios en las páginas de los disidentes también obstaculiza el debate en línea y tiene un “efecto paralizador” en otros que podrían considerar emitir una opinión, agregó el investigador. “Les muestra a todos los demás que si haces esto, serás atacado”.

En Facebook, Zhang hizo sonar las alarmas, informando y dando seguimiento repetidamente a varios gerentes y ejecutivos, así como al equipo de inteligencia de amenazas de Facebook, que tiene la tarea de investigar posibles campañas de CIB. Pero tomó hasta diciembre de 2019 para que Facebook asignara un investigador especial sobre lo que sucedía, y no fue hasta febrero de 2020 que se estableció que la red estaba claramente conectada con funcionarios del YAP.

A pesar de esta evidencia de que un régimen autoritario violaba las reglas de Facebook para reprimir la disidencia, una situación que debería haber llevado a una campaña para eliminar estas prácticas, Facebook abandonó el trabajo de investigación en marzo de 2020 y solo lo reanudó en agosto en respuesta a las quejas realizadas por Zhang dentro de la empresa.

Una portavoz de Facebook, Liz Bourgeois, dijo: “Estamos fundamentalmente en desacuerdo con la caracterización de la Sra. Zhang de nuestros esfuerzos para erradicar los abusos en nuestra plataforma”.

“Investigamos y compartimos públicamente nuestros hallazgos sobre la baja de esta red en Azerbaiyán el año pasado. Estas investigaciones toman tiempo para comprender el alcance total de la actividad engañosa, por lo que no la aplicamos de manera fragmentada. Al igual que con otros borrados de CIB, continuamos monitoreando y bloqueando sus intentos de cambiar su presencia en nuestra plataforma”, agregó.

El lunes, la compañía dijo que había desactivado más de 300 páginas identificadas por The Guardian por violar sus políticas. A su vez, no cuestionó las afirmaciones fácticas de Zhang sobre el caso de Azerbaiyán.

Cuando Facebook anunció el borrado de más de 8.000 cuentas y páginas de Facebook e Instagram en octubre, Azerbaiyán libraba una guerra contra Armenia por el territorio en disputa de Nagorno Karabaj, lo que solo aumentó los abusos en línea, de acuerdo a Fatima Karimova, quien dirige Mikroskop Media con su esposo, Javid. “Enfrentamos insultos y amenazas, no solo de los trolls, sino también de la gente común”, expresó Fatima Karimova, quien junto a su esposo, Javid, dirige Mikroskop Media, sitio que crearon hace tres años, después de huir de Azerbaiyán y que actualmente tiene su sede en Letonia.

“Todo el mundo sabe que estos comentarios son de trolls. No sé exactamente cuánto tiempo ha estado sucediendo, pero ciertamente ha sido visible durante al menos dos años. Lo vemos principalmente en Facebook e Instagram, no en Twitter. A veces publicamos una infografía o un video y hay 700 comentarios hostiles”, destacó

Los trolls toman el tiempo y la energía de sus objetivos, y con frecuencia hacen denuncias falsas que pueden resultar en que a los periodistas o blogueros se les congelen sus cuentas de redes sociales. Así lo explicó Mehman Huseynov, un bloguero azerbaiyano que fue encarcelado durante dos años por su trabajo exponiendo formas de corrupción.

“No podemos luchar contra esto”, dijo Huseynov a través de WhatsApp, solo dos días después de que la policía lo detuviera nuevamente y, según él, intentara piratear su teléfono. “Lo único que podemos hacer es bloquearlos, pero lleva mucho tiempo”, confesó.

Una de las dificultades para Huseynov y otros activistas de la oposición es que Facebook no ha traducido todas sus herramientas e instrucciones al azerí, lo que hace que el proceso de denunciar abusos o de recuperar el acceso a cuentas suspendidas sea más complicado. Huseynov depende de la asistencia de ONG internacionales, pero explicó que era difícil para los blogueros que no tenían conexiones con esos grupos.

La lenta respuesta de Facebook puede verse obstaculizada en parte por este punto ciego institucional. La vasta fuerza laboral de la compañía incluye expertos en la materia que se especializan en comprender el contexto político en las diferentes naciones de todo el mundo, así como personal que se relaciona con funcionarios gubernamentales. Pero Azerbaiyán cayó en una brecha: ni los equipos políticos de Europa del Este ni los de Oriente Medio se atribuyeron la responsabilidad y ningún personal de operaciones hablaba azerí.

Aún así, la existencia de los centros de trolls respaldados por el Estado de Azerbaiyán se documentó en un trabajo de investigación en inglés de 2014 y un informe de 2018 del Instituto para el Futuro con sede en EE. UU. De hecho, el investigador dijo que planteó repetidamente el problema al personal de Facebook en conferencias desde 2012. “La personas relevantes en Facebook lo ha sabido durante años. Deberían haber prestado más atención”, expresó.

El grado de represión en Azerbaiyán hace que el hecho de que Facebook no controle el incumplimiento de las reglas por parte del régimen sea aún más perjudicial, ya que Facebook es uno de los únicos medios de expresión accesibles para los usuarios de Internet de Azerbaiyán. “Es lo único en lo que el gobierno no tiene control”, dijo Huseynov.

Por su parte, Geybullayeva explicó: “De alguna manera, para la oposición política en Azerbaiyán, Facebook es un lugar para organizarse y obtener apoyo en un tema específico. El lado oscuro es que, debido a que esto está sucediendo abiertamente, también es una forma que tiene el gobierno de ver lo que se discute y quién dice qué. Así es como las personas se convierten en objetivos. Es un arma de doble filo”.

Geybullayeva aseguró que había visto a Mark Zuckerberg en Budapest en 2013 o 2014 mientras asistía a una reunión sobre la libertad en Internet. En ese momento estaba entusiasmada con la red social. Ella dijo que trató de acercarse a él para agradecerle por lo que Facebook hacía para hacer posible la libertad de expresión en su país de origen. “Un guardaespaldas me empujó”, dijo. “Siempre recuerdo ese encuentro. Muestra lo desinteresado que Facebook está en nosotros”.

Cuando se le preguntó qué le diría a Zuckerberg, Karimli dijo: “Primero, le agradecería. Facebook facilita la discusión pública. Pero los regímenes represivos con muchos recursos financieros también lo utilizan para difundir noticias falsas. Deberían acelerar el tiempo que les lleva eliminar el contenido generado por trolls. Necesitan promulgar medidas más estrictas. Y deben contratar a alguien que hable azerí”.

Nota original de The Guardian.

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