Turquía y Estados Unidos: su vínculo en el marco del conflicto de Armenia y Azerbaiyán

29 de junio de 2021

En los últimos años, la importancia estratégica y complejidad del Medio Oriente continuó acaparando la atención del esfuerzo diplomático y militar de EEUU. En su accionar se destaca: la lucha contra los extremismos (Estado islámico, Al Qaeda); el apoyo a Afganistán (junto a la OTAN); buscar reducir la influencia de Irán sobre Medio Oriente; contrarrestar la presencia militar de Rusia en Siria y Asia Central, como así también, de China en sus áreas próximas de influencia; prevenir la proliferación de armas nucleares; proteger las líneas de comunicación y asegurar el acceso global al comercio; preservar su propia infraestructura militar en los territorios aliados de la región (Arabia Saudita, Bahrein, EAU, Kuwait, Qatar, entre otros). 

En el escenario medio-oriental EEUU considera que Irán representa una amenaza significativa para los intereses estadounidenses en términos de capacidades cibernéticas, nucleares, balísticas, y marítimas. En términos geopolíticos, la red iraní* representa una amenaza al trazado de alianzas promovido y sostenido por EEUU debido al apoyo operativo, logístico, y económico brindado por la misma a Hezboláh y Hamas.

Por su parte, Turquía tiene una política exterior activa, de alto perfil, ambiciosa y con poder de fuego. Erdogan viene mostrando una voluntad creciente de influir en las cuestiones geopolíticas de su región. Su capacidad para lograr sus objetivos es media. A mayor capacidad mayor será su poder de influencia. La estrategia turca que algunos denominan neo-otomanismo se relaciona con sentir y creer que pueden y deben influir en lo que eran los viejos territorios imperiales que, obviamente, van más allá de su frontera actual. Por ende, encontramos injerencia turca tanto en el Cáucaso, como en diversos espacios donde se vincula desde lo étnico y lingüístico, hasta, lo más primitivo basado en resabios del autoritarismo imperial. Esta búsqueda ha llevado a Turquía a involucrarse (ya sea como mediador o como parte) en el conflicto Israel-Siria, Israel-Palestina, en la crisis siria, en la crisis libia, en el conflicto armenio-azerí o en su puja con Irán por influenciar los asuntos regionales.

Turquía se percibe como una potencia regional y está dispuesta a jugar el juego geopolítico que eso implica. 

Vínculo entre Turquía y Estados Unidos

Por un lado, se destaca el rol que ha jugado históricamente Turquía como aliado estadounidense y europeo en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), conteniendo el expansionismo soviético. Por otro lado, pese a las diferencias que surgieron entre ambos países en el último tiempo, EEUU continúa respaldando a Erdogan para que desempeñe el rol de vanguardia de las estrategias occidentales contra Irán y Rusia. 

Su habilidad diplomática y ubicación geográfica son factores que hacen de Turquía un actor decisivo en la geoestrategia estadounidense en Eurasia.  Por momentos, la política oscilante de Erdogan y cierta pretensión de autonomía genera enojo y preocupación entre las potencias occidentales. 

En los últimos años la relación turco-estadounidense ha tenido desacuerdos debido a cuestiones tales como: el apoyo que EEUU le brindó (desde el 2014) a la facción kurda en la guerra civil en Siria; asimismo, el fallido golpe contra Erdogan en 2016 tensionó fuertemente la relación por la desconfianza que le generó al líder turco el accionar de Obama en esos momentos y el hecho que EEUU no le otorgase la extradición solicitada por el gobierno turco para llevar a su justicia al predicador opositor turco Fethullah Gülen (residente en Pensilvania). Luego la compra de misiles rusos por parte de Turquía y es ese marco que el 24 abril 2021, por primera vez, un presidente estadounidense (Biden) reconoció el Genocidio Armenio perpetrado por los turcos hecho que agregó tensión al vínculo. 

Sin embargo, pese a los desacuerdos mencionados, este mes de junio Biden y Erdogan se reunieron en Bruselas junto a sus Cancilleres y Ministros de Defensa, hablaron sobre Irán, Siria, Nagorno/Arstaj, y Afganistán. Posteriormente, ambos mandatarios consideraron fructífera la reunión y proyectaron profundizar el acercamiento. 

Tienen planes coincidentes, en el marco de la OTAN, para un mayor involucramiento turco en Libia y en Afganistán. 

Algunas reflexiones 

Más allá de las bravuconadas agresivas de Erdogan y mal que le pese a la comunidad armenia es muy probable que continúe la búsqueda de complementación turco-estadounidense. A mayor tensión entre EEUU e Irán o Rusia mayor es la importancia que adquiere Turquía para el interés de EEUU. 

Por su parte Erdogan, con caída de popularidad y problemas económicos pretende, acercándose a EEUU, “comprar tiempo” y con el apoyo de Biden ganar las próximas elecciones en 2023, para lograr proyectar su poder hasta el 2028.

Cabe recordar que EEUU tiene estatus de Copresidente del Grupo de Minsk, encargado de facilitar las negociaciones pacíficas sobre Arstsaj/Nagorno-Karabaj, y por más de veinte años ha demostrado una actividad diplomática insuficiente respecto del logro de una solución al conflicto. De hecho, actualmente la diplomacia estadounidense evita la inclusión en la agenda de negociaciones del asunto del despliegue de una misión de mantenimiento de paz en la región. 

Si EEUU no confronta la política exterior destructiva y agresiva de Erdogan se debilita la posición estadounidense en la región y aumenta el margen de maniobra de Erdogan en Medio Oriente, Cáucaso y Asia Central.

Es probable que EEUU en su fijación por confrontar contra Irán, prefiera declinar de la disuasión de Turquía para fomentar un frente anti-iraní intentando generar las condiciones de aislamiento externo de la mencionada potencia petrolera. 

Es notable que EEUU no haya utilizado contra Turquía y Azerbaiyán una de sus herramientas coercitivas predilectas, la imposición de sanciones económicas contra funcionarios y empresas. Evidentemente, el lobby turco y azerí funciona en Washington. Al mismo tiempo, EEUU ignora los crímenes de guerra perpetrados recientemente por la alianza turco-azerí contra los armenios. 

Si EEUU no se involucra constructivamente con los líderes armenios y continúa permitiendo o favoreciendo la expansión del área de influencia turca a lo largo y a lo ancho de los antiguos límites del Imperio otomano, un escenario sombrío se cierne sobre la población y las fronteras armenias.

*De acuerdo a documentos estadounidenses la Red iraní estaría compuesta por la Guardia Revolucionaria, las Fuerzas Quds, y el Ministerio de Inteligencia y Seguridad iraní. Según EEUU sus actividades tienen el fin de influenciar procesos políticos extranjeros que resulten en regímenes o fines políticos regionales cercanos a los intereses iraníes.

Dr. Fernando Ohanessian
ohanessianfernando@yahoo.com.ar
Doctor en Relaciones Internacionales. Licenciado en Ciencias Políticas. Consultor en Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca. Investigador Universidad de la Defensa Nacional.

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