Un armenio por elección

19 de diciembre de 2019
Federico Lemos. Director y productor de cine

“Tenés que hacer una película de los armenios”, con esas palabras, en una tradicional comida de amigos, nace el ambicioso proyecto de “Somos nuestras montañas”, este documental en pleno proceso de producción, dirigido por el uruguayo Federico Lemos, que busca a partir del conflicto de Artsaj y a través de diferentes personajes contar la construcción cultural del pueblo armenio más allá de las fronteras políticas.

En este asado entre Lemos y otros siete amigos donde no había ningún armenio, nació la idea y quedó rondando en su cabeza por algún tiempo. “Me preguntaba por qué una película sobre los armenios, y si sería una película sobre el Genocidio. No era una pregunta despectiva, sino desde el interés de contar historias que aún no hayan sido contadas. Fue así que me explicó sobre la situación en Artsaj, algo desconocido para mí” asegura el director.

A partir de ese momento y luego de tomar la decisión de llevar a cabo el proyecto comenzó el proceso de investigación, las reuniones con personas de la colectividad y la búsqueda del camino hacia donde iba a enfocarse el film. “No pretendía una película que fuera un panfleto político de la independencia de Artsaj o del reconocimiento del Genocidio. Si bien entendía que esas temáticas eran ineludibles en la película, yo quería a través del arte y a través de la historia de vida, tejer historias y por medio de diferentes ángulos mostrar finalmente el mensaje, que sí iba a ser ese”.
Es en ese momento que Lemos comienza un proceso de intercambio con el Consejo Causa Armenia, la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB) y el Fondo Armenia, entre otras instituciones, sumado a decenas de armenios a la búsqueda de asesoramiento en temas históricos e historias personales que estuvieran esperando ser contadas.

Fruto de esa cooperación, tomó contacto con Manuk, un excombatiente en el proceso de liberación de Shushí en 1992, que durante la Guerra de los cuatro días de 2016 decide trasladarse desde Gyumrí al frente de combate a acompañar a su hijo conscripto, para defender juntos su tierra. Su historia se conecta a lo largo del film con las historias y voces de otros personajes de la diáspora que, como marca el trailer, “desperdigada alrededor del mundo en trincheras simbólicas amplían ese campo de batalla para preservar su identidad, su patrimonio cultural y sus milenarias tradiciones”

“Quería acompañar el viaje de Manuk de Gyumrí a Artsaj. En ese momento tomé una de las decisiones más complejas de mi vida, porque viajar a Armenia desde Uruguay con ocho personas implicaba esfuerzo económico y logístico muy grande, entre los gastos de producción, personal, viajes y alojamiento”, asegura Lemos, que finalmente viajó junto a su equipo el 27 de noviembre de 2017, con la incertidumbre de ver con qué se iba a encontrar allá y cómo iban a reaccionar aquellos a los que iba a entrevistar buscando historias.

Pese a todo, las dudas se fueron rápido: “llegar a Armenia significó un cambio dramático, radical, un cambio de dirección del proyecto, donde entendí el potencial enorme que tiene esta película a través de las historias de vida que encontré. Allí entendí que definitivamente al pueblo armenio se lo debe conocer en el mundo, mucho más allá que por el Genocidio”.

“Como director no armenio, lo que me lleva a hablar de Armenia es mi corazón y mi intuición. Porque fui allá dos veces, empecé a entender cómo funciona su cabeza, empecé a investigar y entender la historia y porque vivimos con familias armenias que nos trataron como si fuéramos sus hijos”, agrega el guionista, a quien en su último viaje a Ereván lo catalogaron como un “ABC”, un armenio por elección (Armenian by choice).

Lemos es director y productor independiente de cine, y viene desarrollando documentales desde 2010. Es uno de los fundadores de la productora Medio & Medio Films y durante su carrera dirigió documentales como “Rehenes”, sobre la toma de la Embajada japonesa en Perú, y “12 horas 2 minutos”, sobre la donación de órganos, así como otras producciones disponibles en plataformas como Netflix, HBO y Amazon.

El proyecto no se limita a la película -que se encuentra en producción- sino que tiene asociado un proyecto de cine itinerante ya implementado en Sudamérica y que Lemos busca desarrollar en Armenia y Artsaj, para acercar el potencial educativo del cine a los habitantes de las regiones más alejadas de la capital.

El plan también es poder transmitir el documental de forma gratuita, que esté presente en diferentes festivales y que llegue a las grandes plataformas de streaming, hecho que ya consiguió con sus anteriores producciones.

El documental, se encuentra en búsqueda de financiamiento y en el futuro se lo colocará como un proyecto en plataformas de crowdfunding, para colaborar económicamente. Durante un primer momento, la filmación fue financiada en su totalidad por el propio director, pero ahora se lleva a cabo gracias al aporte privado de distintas instituciones, empresarios Armenios y personas comunes que quieren aportar a la causa. “Logramos llegar hasta acá con casi un 40% del proyecto concretado. Todavía nos resta camino, pero creemos que este proyecto merece ser apoyado por el colectivo en todo su concepto. Queremos que este sea un proyecto de todos”, afirma.

Si bien todavía quedan varios viajes de rodaje y entrevistas con los personajes en Armenia, Artsaj y otros países (entre ellos Argentina, Brasil, Estados Unidos, Líbano) por realizar, el proyecto ya ha conseguido premios en el festival de cine de Guadalajara en Los Ángeles (FICGLA 2019), en la categoría de “Work in Progress” (Trabajo en desarrollo). “Lo que busco es que se sepa de estas historias. No estoy haciendo una película solo para los armenios, sino de alcance global y orientada al gran público”, dice Lemos. “Este tipo de proyectos, de corte social, buscan a través del arte generar la empatía del público. También va a hacer que mucha gente no armenia se encolumne detrás y colabore desde otro lugar”.

“El proyecto está comenzando la etapa de expansión global. Esperamos que este proyecto sea de todos los armenios, en todos los rincones del mundo. De los armenios de sangre, y de los armenios por elección.”

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