Una mujer armenia de 85 años fue encarcelada por Azerbaiyán y relató los maltratos que sufrió

30 de octubre de 2020

Yevgenia Babayan, una residente de Hadrut de 85 años, que regresó del cautiverio azerbaiyano a Armenia el 28 de octubre, contó los detalles de su encarcelación. El Comité de Investigación de Armenia publicó un video con su testimonio: “Nací y me crié en Hadrut, toda mi vida habité estas tierras. Desde chica comencé a trabajar en el hospital, como enfermera. Mi marido falleció hace unos años, vivo con mi único hijo Suren Stepanyan, quien es soldado. Ni bien comenzó la guerra mi hijo se fue de mi casa, yo me quedé sola”.

“Durante la noche del 15 de octubre y la madrugada del 16 bombardearon la ciudad y a la casa del lado, que funcionaba como refugio, la afectaron. A la mañana de ese día salí del sótano para ver qué había sucedido y escuché voces. Me quede afuera pensando que era Suren quien volvía a casa, pero no, era un grupo de soldados azeríes que cuando me vieron me empujaron con violencia hacia el interior de mi casa, me asusté mucho. Me ataron las manos y me dejaron adentro de mi casa un tiempo, luego me llevaron a un auto, me desataron y me dijeron que me iban a llevar a Bakú. Yo les dije: soy una mujer grande, esta es mi casa, me quiero quedar aquí, déjenme aquí. Ellos automáticamente me dijeron que no, que me iban a llevar”, relató la mujer.

“Efectivamente me llevaron a Bakú y me dejaron en una comisaría en donde me tiraron al piso, me trataron como a un perro. Estaba sedienta, les pedí agua y me sirvieron media taza de té. Luego una mujer me arrojó un terrón de azúcar, yo me negué a recibirlo y les dije: no soy un perro, soy una persona, tratenme como tal”, agregó. “Luego de eso me trasladaron a una segunda comisaría en la cual me filmaron y obligaron a decir que Nikol Pashinyan no era bueno, que él había comenzado esta guerra. Decían que él era el culpable, que por qué nosotros estábamos viviendo en sus tierras. Yo les dije que Hadrut no es de ellos, que es nuestra”, señaló Yevgenia Babayan.

“Después de eso me llevaron a un tercer lugar, en donde habían dos hombres armenios, uno jovencito y otro más grande que yo. El joven estaba vestido de civil; le pegaban en todo el cuerpo, le habían tapado los ojos y lo tenían tirado en una esquina. El otro hombre, que era mayor, tenía todas las manos cortadas y yacía sentado al lado mío. Me dejaron un día ahí. Al día siguiente vi como metían al joven en una camioneta grande. Luego a mí y al otro hombre nos sentaron en un auto y me llevaron al hospital. Después me dijeron que a esos dos armenios les habían cortado el cuello y los habían asesinado. En el hospital me dejaron diez días. Trabajadores de la Cruz Roja me visitaron, me dieron ropa y el 28 de octubre me trajeron a Armenia por Georgia”, finalizó su relato la mujer.

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