Una política inaceptable

22 de febrero de 2024

Como anunciáramos anteriormente, Diario ARMENIA publicará distintas opiniones sobre la iniciativa del Ministerio de Educación y Cultura de la República de Armenia de cambiar el nombre de la materia “Historia de los armenios” a “Historia de Armenia” en la currícula de los alumnos de 7mo grado, lo que generó acalorados debates entre historiadores, gente de la cultura y parlamentarios.
La opinión de Hagop Boyadjian se suma a la ya publicada de la profesora Margarita Djeredjian.

Bajo el título de Inaceptable, el  foro de Historiadores de Armenia emitió su punto de vista acerca del proyecto presentado por el Ministerio de Cultura para cambiar el texto utilizado en la enseñanza de Historia en el séptimo grado escolar, hoy bajo el titulo Historia de los armenios a Historia de Armenia.

En primer lugar el foro manifiesta sus dudas y profunda preocupación por la forma arbitraria y sin ninguna investigación seria en los medios académicos, en que el Ministerio de Educación y Cultura de la República de Armenia y sus comisiones, a raíz de una solicitud de historiadores no reconocidos de los cuales no hay prueba de que existan en realidad, da forma al nuevo texto y lo presenta para su aprobación.

“Sin el debido análisis y preparación previa se presenta este proyecto que no sólo no se corresponde con los intereses nacional-educativo  y nacional- estatal, sino que posee textos de clara tendencia política, es anacrónico y cuyas consecuencias serán perjudiciales y peligrosas, no solo en lo educativo sino en general para Armenia y la armenidad toda”.

En sus argumentaciones finales, el foro manifiesta que al cambiar el título del texto de Historia de los armenios a Historia de armenia, las fronteras del alumno se verían acortadas o disminuidas. Incluso abarcando, como se argumenta, la región Histórica de Haik, quedarían fuera temas tan importantes como la formación de la raza, el reinado de Guilikia, las diásporas, los movimientos de liberación desde la segunda mitad del siglo 18, los cientos de intelectuales o sabios nacidos y que llevaron sus vidas fuera del territorio de Armenia y que aportaron a nuestra cultura, etc.

Aunque la argumentación es extensa y abarca varios puntos que descalifican el proyecto, basta con estas apreciaciones del foro para llegar a la conclusión que desde el punto de vista académico, el emprendimiento está viciado de irregularidad y por ese hecho solo, debería ser rechazado de plano.  

Pero si debemos profundizar en el tema, resulta a todas luces claro que este emprendimiento obedece a la política de entrega, tanto territorial como de identidad, que caracteriza al actual gobierno de Armenia.

Nadie ignora que Azerbaiyán reclama como suyos los territorios ancestralmente armenios y que considera que Ereván también le pertenece señalándolo como su próximo objetivo. Esa mentira repetida una y otra vez tiene el propósito de que se transforme en verdad algún día y durante la última guerra vimos unos cuantos casos de ciudadanos de Armenia sosteniendo que efectivamente Artsaj no era territorio armenio.

Serían suficientes un par de generaciones estudiando una historia tergiversada o recortada para que desaparecieran de la memoria colectiva los territorios y los héroes que lucharon y murieron por ellos. Nuestra nación milenaria vivió sobre un territorio cuyas fronteras cambiaron muchas veces a través de los siglos y también vive en una diáspora hace más de cien años.

Todos esos cambios forman parte ineludible de nuestra historia y recortarlos supeditándola a un territorio de menos de 30.000 km2 es un despropósito. Pero ese es un razonamiento que cae por su propio peso y no es el núcleo del problema.

Aquí lo importante es que esta iniciativa deja claro por un lado, la presión que ejerce el enemigo sobre nuestro gobierno y lo más triste, el grado de acatamiento y corrupción que éste deja ver.

No hay forma más fácil y rápida de aniquilar la identidad de una nación que tergiversar o recortar su historia, en pocas generaciones nuestro pasado milenario sólo será recordado en algún libro que los promotores de este proyecto olviden destruir. 

Hagop Boyadjian
Montevideo – Uruguay

Compartir: