Vakifli: El último pueblo armenio de Turquía

06 de junio de 2020

Al sur de Turquía, a pocos kilómetros de la frontera con Siria, sobre las laderas del Musa Dagh, se encuentra Vakifli, el único pueblo totalmente armenio que queda de pie todavía hoy en Turquía y que días atrás fue noticia al inaugurar el primer museo armenio en el país.

Esta pequeña aldea de solo unos 130 habitantes cuenta con una gran historia marcada a fuego por la resistencia de Musa Dagh, en pleno Genocidio Armenio, cuando 4.500 armenios resistieron a las embestidas turcas por casi cuarenta días hasta el rescate de la flota francesa.

Los vecinos son descendientes de aquellos que luego de la lucha y su obligada evacuación decidieron volver a su tierra natal, que por entonces quedó siendo parte como el Mandato Francés de Siria. Cuando en 1939, un referéndum devolvió estas tierras a control turco, miles emigraron a Líbano y Chipre, pero los habitantes del pueblo eligieron permanecer.

Vakifli cuenta con una iglesia cristiana y su propia escuela, aunque esta última no abre por la falta de alumnos suficientes, lo que obliga a los jóvenes a asistir a la escuela turca del pueblo vecino. La enseñanza del armenio, caracterizado por un marcado dialecto local, queda relegada al ámbito familiar.

La falta de jóvenes, que prefieren emigrar apenas tienen la posibilidad, es uno de los grandes problemas del pueblo, que se sostiene por la agricultura orgánica y el ecoturismo. Estas oportunidades hicieron que varios regresen, pero aún así solo 20 personas tienen menos de 25 años.

Durante agosto, miles de turistas y peregrinos cristianos llegan para celebrar Asdvadzadzin (Asunción de María) y la bendición de las uvas. Durante la noche anterior a la misa, los vecinos prenden siete ollas para preparar harissa, un estofado de carne, trigo y sal, como homenaje a sus antepasados que sobrevivieron con estas provisiones en la cima de la montaña.

Sin embargo el festival fue afectado por el conflicto en la región. Al igual que toda la provincia, el pueblo se vio fuertemente marcado por la guerra en Siria. En la actualidad, Vakifli recibió 20 refugiados sirios de origen armenio del pueblo de Kessab y los soldados turcos vigilan constantemente los caminos.

Si bien los armenios han aprendido a convivir pacíficamente con sus vecinos, el recuerdo de la resistencia de Musa Dagh se mantiene hasta el día de hoy. Los homenajes y las tumbas de aquellos ciudadanos que resistieron en la cima de la montaña fueron destruidos en la década del ’80, pero ahora tienen la idea de construir un museo con artefactos que conservan de la época de esta batalla, que marcó para siempre la historia de Vakifli.

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