Un proyecto de la Fundación Calouste Gulbenkian

Zarmanazan: Mejorar el idioma como clave para el desarrollo de la diáspora

02 de julio de 2019

Tras la experiencia de 2018, en la que siete docentes de la comunidad armenia de la Argentina participaron del proyecto educativo “Hacia la mejora de la enseñanza del idioma armenio” (Դէպի Լեզուի Ուսուցման Բարելաւում), que desarrolla la Fundación Calouste Gulbenkian a nivel mundial, esta semana partirá un nuevo grupo de jóvenes rumbo a Francia.

En esta tercera edición del programa Zarmanazan, participará una delegación de 7 jóvenes de 13 a 21 años, más 12 docentes y dos coordinadores. En total 21 participantes de la comunidad.

Impulsado en la Argentina por Instituciones Armenias de la República Argentina (IARA) desde este año el proyecto Zarmanazan se está implementando en diversos colegios de la comunidad de Buenos Aires y el Colegio Sahag Mesrob de Córdoba.

El pasado jueves 27 se realizó en la sede de la Unión General Armenia de Beneficencia un encuentro pre-viaje con los participantes, sus padres y allegados, así como directivos de las instituciones que auspician la iniciativa. Fue una ocasión para que se conocieran, intercambiaran expectativas y recibir, además, la bendición del Arzobispo Kissag Mouradian, Primado de la Iglesia Apostólica Armenia para Argentina y Chile.

A lo largo de casi un mes –del 9 de julio al 8 de agosto- de intensa actividad en un complejo turístico enclavado en los Alpes franco-suizos, en la región Alta Savoia, jóvenes armenios de distintos países serán parte de una nueva instancia de aprendizaje creativo e interactivo en el curso de verano del idioma Armenio Occidental. Este curso se dicta como parte del programa Zarmanazan destinado a niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Por otra parte, habrá un curso intensivo de Armenio Occidental para docentes y futuros docentes de la diáspora, certificado por el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales (INALCO) de París, Francia. Cabe desatacar que INALCO es una universidad donde actualmente se enseñan más de 100 idiomas y culturas diferentes.

Si bien el programa no es un título de maestría en el área, sí pretende dotar de herramientas metodológicas innovadoras en la enseñanza del armenio como segundo idioma o lengua no materna.

Allí, 15 maestros, de los cuales 12 viajan desde la Argentina –el resto son de Grecia y el Líbano- desarrollarán un programa intensivo, orientado a la capacitación práctica, con conferencias interactivas, abordando enfoques innovadores e incorporando nuevos materiales pedagógicos. El programa da puntaje para acreditar en programas internacionales de enseñanza de idiomas.

Cambio de paradigma

Este curso de verano transcurrirá entre el disfrute, la actividad creativa y la formación profesional, en un ambiente en el que respirará armenidad, aunque el curso se dicte en armenio e inglés.

“El objetivo es apuntar a la vivencia de lo armenio como hecho cotidiano, una experiencia en la que interactuarán con chicos de otras comunidades, todo en armenio”, señala Milva Chorbadjian-Rizian, a cargo de la coordinación y producción del proyecto educativo.

El proyecto depende del Departamento de Comunidades Armenias de la Fundación Calouste Gulbenkian, entidad con sede en Lisboa, Portugal y tiene como principal objeto “romper el paradigma” de la enseñanza tradicional, apunta Chorbadjian.

En rigor, el proyecto viene madurando hace tres años, en los que ya hubo varias actividades de sensibilización a los docentes que se desempeñan en escuelas de la comunidad.

Las visitas de Razmig Panossian, director del Departamento de Comunidades Armenias de la Fundación Gulbenkian en octubre de 2017, y de Ani Garmiryan, responsable del programa de asistencia a instituciones armenias en la enseñanza del armenio occidental de la Fundación, en 2018, fueron un espaldarazo muy importante.

En especial fue relevante para la toma de conciencia por parte de los directivos de los colegios y el cuerpo docente acerca de la necesidad de fortalecer la capacitación. El año pasado también se realizó una jornada de trabajo con 110 docentes de todas las escuelas armenias para plantear los objetivos del proyecto y comprometer voluntades para el cambio.

Mitos y verdades

A esta altura pocos dudas de las bondades de un programa de esta naturaleza, aunque también es cierto que la diáspora no es una entidad uniforme en todos los países. Más bien, cada comunidad tiene demandas y necesidades diferentes, a partir de un desarrollo y realidades también diversas.

“En la Fundación Gulbenkian, y especialmente, Ani Garmiryan, sintieron que acá algo se podía hacer para mejorar la enseñanza del idioma armenio occidental”, destacó Milva Chorbadjian. En su opinión, desde la Fundación valoran la “calidad humana que hay en las instituciones de la Argentina y también que hay decisión de trabajar en conjunto”. En suma, ven que hay “mucho potencial”, en un marco de clara “necesidad de cambio” en este terreno.

Es una mirada positiva, que no ignora tampoco algunos de los problemas que arrastra la comunidad desde hace algunas décadas, como la falta de apego al uso del idioma armenio como algo habitual en los armenio-hablantes, alumnado no armenio en los colegios de la comunidad, y debilidades en cuanto a formación pedagógica y metodológica en los planteles docentes.

Sergio Kniasian, conocido en nuestro medio por su trabajo en el terreno de la danza y las tradiciones, quien también se desempeñó durante muchos años como docente de armenio en niveles primario y secundario, indicó que es preciso “adecuar el proyecto a las necesidades del país”.

Considera que el hecho que una institución como Gulbenkian, se ocupe de la enseñanza del armenio “ya es loable”, pero insiste en que “muchos dicen que el proyecto es excelente pero nadie se fijó que el mercado no responde a eso”. Para que no queden dudas refuerza su idea: “No cuestiono el proyecto sino para qué le puede servir a la comunidad”.

En su opinión hoy los docentes de armenio además de no estar suficientemente capacitados, ganan poco, lo que hace que no muchos quieran dedicarse a la enseñanza, ni tienen una salida laboral.

“Nosotros casi no tenemos docentes. Docente es el que estudia metodología de enseñanza de un idioma. Nuestras maestras y prfesoaras pueden enseñar algunas cosas pero llegan a un nivel elemental y después no pueden avanzar, porque no sabes cómo hacerlo”.

Para eso recomienda que las instituciones tomen a chicos o chicas que ya tiene buen nivel de armenio, los mande a estudiar algún idioma, el que quiera, aprenda la parte metodológica y después puedan volcar esos conocimientos en la enseñanza del armenio. Además, el otro idioma asegura, a su vez, una salida laboral.

Y ejemplifica: “Esto es como cuando en Armenia alguien quiere aprender duduk. No le enseñan sólo duduk, también tiene que aprender clarinete y oboe, entonces si no tiene dónde tocar duduk puede insertarse en alguna orquesta con los otros instrumentos”. Para Kniasian “la salida laboral es fundamental”.

Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar

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