Armenia conmemoró el 33º aniversario de las masacres de Sumgait

28 de febrero de 2021

El 27 de febrero, Armenia conmemoró el 33º aniversario del pogromo de Sumgait, una serie de matanzas y ataques contra la población armenia que vivía en Azerbaiyán en 1988.

El primer ministro Nikol Pashinyan, junto con el presidente de la Asamblea Nacional Ararat Mirzoyan, el viceprimer ministro Tigran Avinyan y otros altos funcionarios, visitaron el Tsitsernakaberd para rendir homenaje a las víctimas de las masacres de 1988. El Primer Ministro depositó una ofrenda floral y rindió homenaje en los monumentos en memoria de las víctimas.

El presidente armenio, Armen Sarkissian, emitió una declaración en la que afirmó que "las masacres, la violencia, las deportaciones y la privación de la propiedad planificadas por las autoridades azerbaiyanas fueron crímenes contra los armenios. Esta fue la respuesta de Azerbaiyán a la lucha pacífica de nuestros compatriotas en Artsaj por una vida libre en la cuna histórica".

"La impunidad de la masacre de Sumgait dos años después dio lugar a otras tragedias, esta vez en Bakú, luego en Gandzak y Maragha. La política anti-armenia se manifestó en la última guerra, en particular, en el trato inhumano de la población de Artsaj, los cautivos armenios, la tortura y el asesinato. El destino de muchos de nuestros compatriotas aún se desconoce debido a la guerra desatada contra Artsaj", planteó el Presidente armenio. "Condenamos enérgicamente la atrocidad de Sumgait, la política azerbaiyana de limpieza étnica contra los armenios que ya se está llevando a cabo en las condiciones de la civilización moderna".

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Artsaj denunció la "connivencia criminal de las autoridades del Azerbaiyán soviético y de la total inacción de los organismos encargados de hacer cumplir la ley" para "entregar la ciudad por tres días" a "manifestantes armados que asesinaron a ciudadanos de nacionalidad armenia con impunidad y con especial crueldad". "Decenas de armenios fueron asesinados, cientos quedaron mutilados y decenas de miles fueron deportados", recordó la Cancillería de Artsaj.

"La masacre de Sumgait marcó el comienzo de toda una serie de crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de la política estatal de Azerbaiyán hacia el pueblo armenio en todas las etapas del conflicto entre Azerbaiyán y Karabaj. El genocidio, la limpieza étnica sistemática y las masacres llevadas a cabo por las autoridades azerbaiyanas en 1988-1991, tras el colapso de la URSS, fueron reemplazadas por crímenes de guerra durante la agresión armada contra la República de Artsaj y su pueblo en 1991-1994, 2016 y 2020", denunció la Cancillería. "Como resultado de la política genocida seguida por Azerbaiyán desde 1988, miles de armenios fueron asesinados, decenas de miles quedaron discapacitados, cientos de miles fueron deportados por la fuerza y ​​perdieron su tierra natal. La impunidad y la falta de una respuesta apropiada de la comunidad internacional llevaron a un aumento de la agresión y un aumento en la escala de los crímenes cometidos por Azerbaiyán contra el pueblo de Artsaj. La atmósfera de odio cultivada en la sociedad azerbaiyana durante años por las autoridades de Bakú ha creado una situación en la que los crímenes de guerra, incluidos el acoso, la tortura y el asesinato de prisioneros de guerra y civiles, se perciben en Azerbaiyán como una norma y un ejemplo a seguir".

Los pogromos de Sumgait, Bakú y Kirovabad

Durante los pogromos, “decenas de personas resultaron muertas, de las cuales muchas fueron quemadas vivas tras haber sido golpeadas y torturadas. Hubo centenares de heridos, muchos de los cuales quedaron discapacitados de por vida. Se produjeron violaciones de mujeres y niñas. Hubo más de doscientos hogares destrozados y saqueados, cantidades de automóviles quemados o destruidos y decenas de talleres, tiendas, y locales sociales devastados y desvalijados”, según datos de un informe presentado por Armenia en Naciones Unidas.

Las matanzas de Sumgait y Kirovabad en 1988 y Bakú en 1990, instigadas por las autoridades azeríes, fueron la respuesta a la lucha de los armenios por la independencia de Artsaj (Nagorno Karabaj), una región históricamente habitada por población armenia que fue entregada a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán durante la sovietización de la región por parte de Joseph Stalin en calidad de región autónoma en 1923. A partir de 1988, con el comienzo de la caída de la Unión Soviética, se creó el Movimiento de Karabaj para pedir la independencia y la anexión a Armenia. La respuesta del gobierno azerí fueron los pogromos de Sumgait, Bakú y Kirovabad. En 1991, Armenia y Nagorno Karabaj se proclamaron Repúblicas independientes.

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