El Gobierno de Armenia acordó restaurar relaciones diplomáticas con Hungría a pesar de haber garantizado la impunidad de Ramil Safarov, el asesino de Gurgen Margaryan
El canciller de Armenia Ararat Mirzoyan se reunió con Péter Szijjártó, Ministro de Relaciones Exteriores y Comercio de Hungría, el 1º de diciembre al margen del Consejo Ministerial de la OSCE en Łódź.
"Ambas partes coincidieron en que existen profundos lazos históricos y culturales, así como una herencia cristiana compartida entre las naciones armenia y húngara, y destacaron la importancia de mejorar las relaciones entre la República de Armenia y Hungría. También subrayaron el papel de la comunidad armenia en Hungría, como minoría nacional oficialmente reconocida, que es uno de los puentes entre las dos naciones", informó la Cancillería de Armenia. "Los Ministros intercambiaron puntos de vista sobre la etapa actual de las relaciones entre Armenia y Hungría. Acordaron restablecer relaciones diplomáticas plenas, expresando su intención de abrir un nuevo capítulo en sus relaciones basadas en la confianza mutua y el respeto al derecho internacional".
El caso de la impunidad de Ramil Safarov, el asesino de Gurgen Margaryan
El 11 de enero de 2004, el soldado Gurgen Margaryan viajó a Budapest, Hungría, para participar en un curso de inglés de tres meses que formaba parte del programa de la Asociación para la Paz de la OTAN. El teniente azerbaiyano Ramil Safarov, quien también participaba del evento, lo asesinó el 19 de febrero: mientras Margaryan dormía, Safarov entró a su habitación y lo decapitó con un hacha, luego de apuñalarlo y golpearlo. El compañero de habitación húngaro de Margaryan, Balázs Kuti, aseguró que Safarov se encontraba feliz al momento del asesinato. Tras el crimen, Safarov intentó asesinar a otro soldado armenio, Hayk Makuchyan, pero su puerta se encontraba cerrada.
Tras ser arrestado, los abogados de Safarov intentaron convencer al juez de que tenía un trastorno de estrés postraumático por la guerra de Nagorno Karabaj. Sin embargo, Safarov no participó de la misma, y las pericias psicológicas demostraron que tenía una mente estable al momento del asesinato. En todas sus declaraciones, Safarov dijo que asesinó a Margaryan solo porque era armenio. El 16 de abril de 2006, el tribunal condenó a Safarov a cadena perpetua sin posibilidad de apelación hasta 2036. El juzgado entendió que hubo premeditación y brutalidad en un crimen del que Safarov nunca mostró remordimiento. El 22 de febrero de 2007, un tribunal húngaro confirmó el fallo luego de una apelación presentada por el abogado de Safarov.
Sin embargo, a fines de agosto de 2012, las autoridades húngaras acordaron liberar y extraditar a Safarov a Azerbaiyán para supuestamente cumplir el resto de su condena allá. Aunque el gobierno húngaro declaró que había recibido garantías del gobierno de Azerbaiyán de que la sentencia se aplicaría, el presidente Ilham Aliyev emitió un perdón inmediatamente después de recibirlo como un héroe en Bakú, fue promovido al rango de mayor y provisto de alojamiento por el gobierno de Azerbaiyán.
Las repercusiones y consecuencias de la discriminación estatal
La política de estado de racismo y xenofobia contra los armenios llevada adelante por el gobierno de Aliyev no era nueva. El 28 de febrero de 2012, el presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev declaró: “Nuestros principales enemigos son los armenios del mundo y los políticos hipócritas y corruptos bajo su control”. El 29 de enero de 2015, Ilham Aliyev publicó un tweet diciendo que “Armenia no es ni una colonia, ni siquiera es digna de ser una sirvienta”. La defensora oficial de los derechos humanos de Azerbaiyán (Ombudsman), Elmira Süleymanova, declaró posteriormente que “Safarov debe convertirse en un ejemplo de patriotismo para la juventud azerbaiyana”.
La FRA – Tashnagtsutiún de Sudamérica se movilizó en 2012 hacia la Embajada de Hungría en Argentina para pedir explicaciones por el caso, como así también a la Embajada de Azerbaiyán en reiteradas oportunidades.
En 2017, la mega investigación periodística del “Laundromat de Azerbaiyán” (“lavandería”) del Proyecto de Denuncia contra la Delincuencia Organizada y la Corrupción (OCCRP), descubrió que el gobierno de Ilham Aliyev lavó dinero para sobornar a políticos europeos, empresarios y periodistas con el objetivo de lavar la imagen del país y ocultar las violaciones a los derechos humanos de su régimen. Una de las investigaciones posteriores presentó pruebas de que los funcionarios de Hungría habían recibido 7 millones de dólares a cambio de facilitar la extradición de Safarov.
En 2014, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) criticó la utilización de la Convención sobre el traslado de personas condenadas por parte de Azerbaiyán para liberar a Ramil Safarov.