Epílogo semanal 4/11/21

04 de noviembre de 2021

Una leyenda viviente

El 29 de octubre, en el aniversario de la proclamación de la República de Turquía, conocimos una noticia largamente esperada por muchos: Hampig Sassounian, una leyenda viviente para varias generaciones de armenios, logró su libertad tras estar cuatro décadas en prisión. Fue apresado a sus 19 y recuperó la libertad a los 58 años.

Hampig, junto a otros protagonistas de los sucesos de los años 80, marcaron un antes y un después en la lucha por las justas reivindicaciones del pueblo armenio. Pusieron en el tapete diplomático el tema del Genocidio Armenio que tomó relevancia justamente después de esta desesperada forma de llamar la atención a un mundo que, con su indiferencia, era funcional a los intereses negacionistas.

Leandro Despouy, que integró la Subcomisión de expertos de la ONU que en 1985 aprobó la Resolución de reconocimiento del Genocidio Armenio, recordó: “Cuando debatí­amos en la ONU la aprobación del Informe de Whitaker que hací­a mención del Genocidio Armenio, uno de los argumentos que esgrimí­a la delegación turca para oponerse a su reconocimiento, era la posibilidad de que este hecho estimulara acciones violentas de jóvenes armenios que se habí­an lanzado a hacer justicia por mano propia contra diplomáticos turcos”.

“Sin embargo, continúa Despouy en Clarín, esto no fue así­ y luego de la histórica sesión en la que se aprobó, no se registró un solo atentado terrorista por parte de la Diáspora armenia. La verdad entrañó la paz y, por el contrario el negacionismo continúa cobrando ví­ctimas”.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía declaró el 30 de octubre pasado que “la decisión servirá a la agenda de círculos que buscan glorificar el terrorismo como una herramienta funcional que puede ser utilizada con fines políticos y no a la lucha contra el terrorismo”, un texto que replicaron todas las embajadas turcas del mundo.

La liberación de Hampig es el fruto del trabajo silencioso, continuo y permanente de los integrantes del Comité de Defensa Sassounian a lo largo de estos 40 largos años, liderado por la FRA-Tashnagtsutiún, quienes brindaron apoyo moral, legal y económico para llegar a este resultado.

Entre lágrimas y risas de alegría y emoción publicamos la liberación de Hampig a la media noche del último viernes. Si bien en esta columna no corresponde hablar en primera persona, me tomo la licencia de escribir que ésta fue la noticia más linda que publiqué en los años que ejerzo la profesión periodística.

Hampig Sassounian ya está “en casa”, como él mismo escribió en su emotiva carta. El desafío es que los prisioneros armenios cautivos en Azerbaiyán también puedan regresar a salvo y pronto a su patria.

Hasta la próxima semana.

Pablo Kendikian
Director de Diario ARMENIA

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