Pashinyan on demand

28 de enero de 2024

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, tiró la primera piedra para preparar el terreno e intentar convencernos de que es necesario cambiar la Constitución Nacional de Armenia, algo que, en los términos que adelantó el jueves 18 de enero, sería de una gravedad enorme en uno de los momentos más críticos de la historia armenia reciente.

“La República de Armenia necesita una nueva Constitución y no enmiendas constitucionales”, enfatizó  Pashinyan alegando que busca “hacer más competitiva y más viable a la República de Armenia en las nuevas condiciones geopolíticas regionales”.

Concretamente, Pashinyan quiere dejar de lado la declaración de la Independencia de Armenia adoptada en 1990 en la que se fija la inseparabilidad de Artsaj con Armenia para legitimar su entrega. “Se trata de un discurso de confrontación con el entorno regional, lo que nos mantendría en constantes conflictos con nuestros vecinos”, justificó el Primer Ministro.

El “discurso de confrontación” que Pashinyan ensaya reemplazar en la nueva Constitución, también se refiere al genuino derecho de luchar por el reconocimiento internacional del Genocidio Armenio que claramente figura en la actual Carta Magna de la República de Armenia, derecho al que se renunciaría en caso de prosperar esta iniciativa vergonzosa. El arco opositor liderado por la FRA-Tashnagtsutiún salió rápidamente al cruce, “es un nuevo ataque a uno de los pilares de la Tercer República de Armenia”.

Si su enunciación llega a concretarse, no sólo cerraría el capítulo de Artsaj con todo lo que ello implica, sino también legitimaría los pogromos contra la población armenia que tuvieron lugar en Sumgait, Kirobabad, Bakú, Maragha y Gandzak entre los años 1988 y 1990.

Otro dato importante es la eliminación de la referencia del papel central de la Iglesia Apostólica Armenia en la vida cotidiana del pueblo armenio. El Consejo Supremo de la Iglesia y la Santa Sede son muy críticos del Gobierno de Armenia en varios aspectos, entre los cuales figuran los nuevos textos educativos y su interpretación de la historia armenia, como así también la política entreguista del actual Gobierno armenio, entre otros temas importantes.

El Primer Ministro armenio cuestionó también el alcance del concepto de que la patria es el Estado: “Me refiero al territorio y las fronteras soberanas e internacionalmente reconocidas de la República de Armenia”, dijo mientras Azerbaiyán se niega a sacar sus tropas de este lado de la frontera ya que sostiene que esos territorios les pertenecen.

Por cierto, las declaraciones y la duda que sembró el propio mandatario no ayudan, muy por el contrario:” ¿Cuál es el territorio de la República de Armenia?”, se preguntó Pashinyan en su bochornosa alocución. Es absurdo decir que no sabemos cuál es la superficie de Armenia. Este tipo de manifestaciones constituyen otro duro golpe para Armenia y la deja a merced del enemigo.

Es más que evidente que estamos ante otra complacencia a las continuas demandas turco-azerbaiyanas, algo que no es nuevo. Ellos establecen condiciones y Pashinyan, que carece de una agenda nacional, accede.

El problema es que la parte armenia está dispuesta a hacer todas las concesiones posibles, incluso las relacionadas con la identidad nacional. No pronunciar la palabra Artsaj en las declaraciones oficiales; intentar borrar el monte Ararat del escudo de armas armenio de modo que la palabra y su imagen sean quitadas de la simbología oficial; los significativos cambios en los libros de Historia de la enseñanza primaria; las dudas que siembra sobre las fronteras soberanas de Armenia y ahora la elaboración de una nueva Constitución, son solo unos pocos ejemplos de los temas que el Primer Ministro considera que “provocan confrontación” con los vecinos hostiles de Armenia y, a su estilo, los pone en el tapete como una solución en aras de la supuesta paz que nunca llega porque Ilham Aliyev corre el arco todo el tiempo exigiendo más.

Como bien aseguró el embajador de Armenia Hovhannes Virabyan en una entrevista con DEF que publicó Infobae, el objetivo final de Bakú es la propia Armenia. Indudablemente el mayor interés de Azerbaiyán y Turquía sigue siendo el tema del territorio armenio y Syunik está en la mira desde la creación misma de la República, en 1918.

El llamado corredor Zanguezur que es presentado como un proyecto económico es en realidad un proyecto político de ambos países y es una herramienta para lograr un objetivo mayor que es el de despoblar Armenia de armenios y poblarla de azerbaiyanos, algo a lo que también accedió e impulsa Nikol Pashinyan.

Tras recibir Artsaj sin su población autóctona, Aliyev y Pashinyan intentaron cerrar el tema definitivamente pero para sorpresa de ambos hubo dos resoluciones importantes que contrarían esa idea. Por un lado el Senado francés exigió sanciones contra Azerbaiyán por su invasión a Armenia y pidió por el retorno de la población armenia nativa de Artsaj desplazada por la fuerza luego de los ataques azerbaiyanos de septiembre de 2023. Llamativamente el gobierno armenio no hizo ninguna declaración luego de esta resolución ejemplar.

Por otro lado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) aprobó una moción para expulsar a Azerbaiyán de su seno, entre otros motivos, por “el desplazamiento violento de la población de Nagorno Karabaj”. Es interesante leer los motivos y sucesos que rodearon este episodio diplomático.

Paradójicamente y en línea con lo que venimos explicando, Azertac, la agencia oficial de Azerbaiyán, publicó una declaración en la que, en referencia a la moción de PACE, afirma que “la narrativa de garantizar los derechos y la seguridad de los armenios de Karabaj ya no es expresada ni siquiera por la propia Armenia. En este sentido, resulta irónica la política de la UE de intentar ser más armenia que los propios armenios”, expresa la denominada Comunidad de Azerbaiyán Occidental.

La situación actual de Armenia es crítica. El potencial militar armenio se debilitó considerablemente después de la guerra. La ocupación de Artsaj, que hacía de contención, facilita el camino para un ataque directo contra el este de Armenia. Por otra parte se conoció que en las últimas dos semanas un avión de carga Ilyushin, con capacidad de carga de 50 toneladas, realizó 14 vuelos entre Bakú y Najichevan, otro territorio ocupado al oeste que está a menos de 100 km de Ereván. Azerbaiyán sigue armándose y trata de impedir por todos los medios que Armenia se arme.

A esta altura de los hechos se evidencia que Nikol Pashinyan funciona on demand al servicio de Erdogan y de Aliyev y el intento de cambio de Constitución se inscribe en ese marco. Pensando en el futuro, en especial en el suyo, el Primer Ministro armenio expresó que no quiere cambiar el modelo de gobierno, por lo que se vislumbra que quiere preservar su poder por un período largo a imagen y semejanza de sus dos vecinos demandantes.

Pablo Kendikian
Director de Diario ARMENIA

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