Periodismo y las cuestiones comunitarias

09 de junio de 2022

El 24 de mayo, en ocasión de presentarse la sección en español de la agencia estatal armenia Armenpress en la Embajada de Armenia en Argentina, el representante de la Fundación Siranush y Boghos Arzoumanian leyó un discurso en el que aseguró que dicha iniciativa “esparcirá objetividad y verdad en el ámbito de la noticia armenia sujeta, hasta ahora, a las ambigüedades sectoriales”.

En una arremetida directa contra todos los medios de comunicación de la comunidad armenia, el mensaje destacó que las “versiones parcializadas muchas veces alejan al lector inexperto de la realidad de Armenia”.

En este sentido consideramos necesario aclarar algunos aspectos básicos y modernos de la profesión periodística ya que algún lector desprevenido o inexperto, para utilizar el término mencionado en el discurso, puede confundirse o crearse una idea errónea sobre el tema. 

La cuestión radica, quizás, en esperar versiones no parcializadas en un espacio donde no cabe. Claro que el tema se pone de manifiesto cuando esa parcialidad no coincide con el punto de vista de quién la reclama.

No hay objetividad en ninguna actividad humana que implique comunicación salvo en la actividad científica. La elección de determinadas palabras denota la posición del emisor del mensaje con mayor o menor sutileza, por dar sólo un ejemplo.

La simple elección de una noticia es un recorte de la realidad, una interpretación. La objetividad y la imparcialidad periodística son un mito que no existe. La función periodística no es ni debe ser la de un testigo que levanta un acta de lo ocurrido como un autómata.

Sin duda, la credibilidad es uno de los activos principales y más importantes de un medio de comunicación y las palabras vertidas en la presentación referida intentan hacer daño a la reputación de la prensa comunitaria.

Esas expresiones son una crítica y un rechazo a la orientación y a la metodología de trabajo que desde siempre fueron la marca de identidad de los medios, algo que no impidió que muchos de ellos pudieran desarrollar un periodismo profesional, incluso de investigación.

Los medios de comunicación consignan hechos. Los periodistas hacemos la curaduría de las noticias, las contextualizamos y brindamos las características de los actores desde una perspectiva particular siempre cuidando su veracidad.

Los medios comunitarios y el periodismo que se ejerció en cada uno de ellos cumplen y cumplieron un papel decisivo en la construcción de nuestra comunidad. El Diario ARMENIA, en particular, es un medio con 91 años de trayectoria que además siempre trabajó con rigor periodístico, honestidad, responsabilidad y compromiso.

La intención de Armenpress al anunciar su página en español no es la remarcada en el breve discurso de su presentación por parte de quien financiará la iniciativa, la Fundación Siranush y Boghos Arzoumanian, sino ampliar el espectro informativo y llegar de manera directa a los medios de habla hispana en un momento crucial que afronta la armenidad en el que Azerbaiyán y Turquía aprovechan al máximo sus recursos en la batalla informativa, entre otras.

Lejos de la actividad filantrópica de sus fundadores, el mensaje de la Fundación Siranush y Boghos Arzoumanian en este nuevo rol es una señal inequívoca de que sus autoridades parecen haber decidido ser actores e involucrarse en la comunidad a pesar de no representar más que a sus directivos que, por qué no recordarlo, algunos fueron protagonistas de la fractura comunitaria.

Pablo Kendikian
Director de Diario ARMENIA

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