El Consejo Nacional Armenio criticó al Centro Islámico de Argentina por elogiar la falsa “libertad y convivencia” en Azerbaiyán

14 de julio de 2021

El Consejo Nacional Armenio de Sudamérica salió al cruce de un artículo publicado el 14 de julio en el diario Clarín titulado “Un país del Cáucaso modelo de libertad y convivencia religiosa” en el que Ricardo Elía, secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), elogió la “libertad y convivencia religiosa” de Azerbaiyán.

“Los regímenes autoritarios y déspotas como el azerí requieren legitimar su discurso y accionar a efectos de perpetuarse en el poder. De manera que coexisten dos elementos a considerar. Por un lado, el nerviosismo de los regímenes autocráticos para mantener su poder a través de violaciones graves a las normas aceptadas internacionalmente. Y en el segunda instancia, la necesidad de formar una falsa e hipócrita opinión pública a fin de blanquear, a cualquier costo, la reputación de su modus operandi. En ese sentido, la nota publicada bajo el titulo ‘Un país del Cáucaso modelo de libertad y convivencia religiosa’ trae a escena un conjunto de debilidades y mentiras en esa búsqueda de promocionar una imagen positiva de Azerbaiyán”, aseguró el Consejo Nacional Armenio (CNA).

“Sin lugar a dudas el titular de la nota nos lleva a las siguientes interrogantes: ¿Un régimen en el poder desde la disolución de la URSS puede jactarse de ser libre y democrático? ¿Podemos hablar de convivencia religiosa cuando existen pruebas fundadas y testimoniales en relación al genocidio cultural que viene desarrollando el gobierno azerí? En cuanto a la primer interrogante. Existen elementos contundentes que ponen en duda la democracia y libertades en Azerbaiyán donde los abusos contra los derechos humanos son ‘abismales’ bajo el presidente y dictador Ilham Aliyev. De hecho, en palabras de Giorgi Gogia de Human Rights Watch, ‘Azerbaiyán ha estado reprimiendo sistemáticamente las voces disidentes en el país, diezmando a la sociedad civil desde 2014. Asimismo, las leyes que ha adoptado hacen que el entorno para las ONG sea restrictivo. El país está cerrado al escrutinio internacional. Azerbaiyán ha arrestado a críticos del gobierno por varios cargos falsos y espurios. Presenta importante falencias en materia de libertad de expresión, libertad de reunión, libertad de prensa, libertad de asociación: todos esos son derechos que se violan habitualmente en el país’. Inclusive, Human Rights Watch también ha informado repetidamente que las fuerzas azerbaiyanas abusaron de los prisioneros de guerra armenios del conflicto de Nagorno Karabaj (Artsaj en armenio) de 2020, sometiéndolos a tratos crueles y degradantes y torturas, ya sea cuando fueron capturados o durante su traslado”, advirtió el CNA en un comunicado.

Ricardo Elía, secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina.

“En relación a la segunda interrogante. La misma pone de manifiesto la hipocresía, la incoherencia y tergiversación de la verdad. Mucho más aun, la cuestión del patrimonio cultural armenio es alarmante y no mencionada en la nota. En absoluto, Azerbaiyán se puede atribuir ser un Estado que promueva el diálogo interreligioso toda vez que en 2005 el gobierno de Bakú ejecutó una de las limpiezas culturales más grandes del siglo XXI en el cementerio armenio Djulfa en Najicheván. En general, se estima que 3.000 Jachkar (cruces de piedra talladas), artesanías declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial por UNESCO, fueron borradas de la faz de la tierra en la mencionada región ocupada por Azerbaiyán. En ese sentido, el comunicado de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia confirmaba de manera concluyente la destrucción de un lugar sagrado de la memoria. A su vez, un informe de la BBC de marzo 2021 muestra cómo en el territorio de Nagorno Karabaj, actualmente bajo el control ilegal de Azerbaiyán, una iglesia armenia entera desapareció sin dejar rastro en una clara continuidad del proceso de destrucción de la herencia armenia tal como sucedió en Djulfa. Razón por la cual: ¿Qué tipo de liderazgo en materia de multiculturalismo y tolerancia hablamos cuando existen pruebas y evidencias contundentes que demuestran el accionar del régimen azerí en contra de esos principios?”, recordó el organismo.

“Por otra parte, es importante mencionar que el tándem turco-azerí lleva adelante una política estatal negacionista con respecto al Genocidio Armenio en el cual fueron masacrados 1.500.000 de armenios. Sin embargo, es aún más preocupante el hecho de que la imagen central de la nota muestre al Presidente de Azerbaiyán junto al Papa Francisco quien reconoció oportunamente el Genocidio Armenio provocando una reacción del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien le pidió a su santidad que deje de hablar del Genocidio Armenio y resigne el tema ‘a los historiadores'”, agregó el CNA.

“En otro orden, es preciso destacar que Artsaj es un territorio históricamente armenio con más de 3000 años de historia. Mientras que Azerbaiyán en ningún sentido cuenta con 2500 años de historia, fraternidad, armonía y de respeto mutuo como se expone en el artículo. Por el contrario, a partir de la perdida de la independencia de Armenia (lograda en 1918) se abrió la etapa de dominación y opresión soviética – azerí entre los años 1921 y 1988. Tras la implosión de la URSS y de la declaración de la independencia comienza un enfrentamiento armado hasta la firma del cese al fuego en 1994. Sin embargo, Azerbaiyán ha violentando reiteradamente el acuerdo de 1994. De hecho, el 27 de setiembre de 2020 Azerbaiyán ataco unilateralmente la República de Artsaj y Armenia. Inclusive en la actualidad mantiene prisioneros de guerra, no cumple con los acuerdos alcanzados, ataca diariamente posiciones armenias y a su vez viola la soberanía de la República de Armenia. En base a este punto cabe preguntarse: ¿En qué lugar se encuentra la fraternidad y respeto mutuo?”, continuó el organismo en el comunicado.

“En definitiva, el análisis desarrollado en la nota expone una serie de hechos falsos utilizando términos inaplicables para la realidad política histórica y actual del régimen azerí. De hecho, los argumentos se derrumban no solo por los puntos expuestos en este análisis sino también fruto de las mismas declaraciones de los mandatarios. Por ejemplo, Ilham Aliev, en 2012 declaró: ‘Nuestros principales enemigos son los armenios de todo el mundo’. En el mismo sentido el principal aliado de Azerbaiyán, Turquía, también sostiene un discurso de odio. De manera que ambos gobiernos son los responsables de la promoción y ejecución del genocidio cultural, del negacionismo y de la política aermenofobica como parte de un plan sistemático de eliminación de todo vestigio de memoria armenia. No obstante, la amenaza no es solo para los armenios sino para la comunidad internacional en general sin importar su credo, política o etnia. Al fin y al cabo, las violaciones graves a las normas aceptadas internacionalmente son centrales para la gobernanza de los regímenes autoritarios como el de Azerbaiyán”, finalizó el CNA.

La complicidad del CIRA con Azerbaiyán

El 17 de noviembre de 2020, el CIRA envió una carta de felicitación al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en la que lo felicitó por la guerra de Artsaj.

El organismo aseguró que se “enorgullecía” de “felicitar al pueblo azerbaiyano por esta gran victoria en nombre de la comunidad islámica de nuestro país” y elogió la ocupación de Shushí, una de las regiones de Artsaj que declaró su independencia en 1991 y fue capturada y ocupada ilegalmente por Azerbaiyán durante la guerra de 2020.

Días después, la Asociación Cultural Armenia emitió un comunicado en el que aseguró que “hablar en nombre de una comunidad religiosa que profesa la paz y en nombre del islam reinvindicar la victoria, no hace más que fanatizar a través de la religión, ya que felicitar al ganador de una contienda bélica que requirió la participación de las fuerzas armadas de Turquía, mercenarios sirios y la utilización de armas prohibidas bajo la mirada del fanatismo religioso, se contrapone a los intereses y valores de la Argentina en materia de diversidad religiosa y cultural”.

“La República Argentina se ha caracterizado por recibir generosa e indiscriminadamente a lo largo de su historia, distintas etnias pertenecientes a diferentes credos sin distinción”, continúa. “En ese contexto, la diversidad cultural y religiosa han coexistido e interrelacionado en forma pacífica y generalmente, cooperando en forma conjunta, como por ejemplo lo fue hasta hace unos años atrás, la mesa común entre el Centro Islámico, la Asociación Cultural Armenia y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. Lamentablemente el CIRA revela su hipocresía con respecto a los objetivos y principios de esa mesa de diálogo a partir de su declaración”, rezaba el comunicado en esa oportunidad.

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