Se cumple el 31º aniversario del pogromo de Bakú: “Azerbaiyán continúa la misma política de aniquilación de la población armenia en Artsaj”

13 de enero de 2021
Población armenia evacuada de Bakú en 1990.

Entre el 12 y el 19 de enero de 1990, la población armenia de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán sufrió el pogromo de Bakú, del que se cumple el 31º aniversario en esta fecha.

Durante siete días, la población civil armenia de Bakú fue golpeada, asesinada y expulsada de la ciudad con el apoyo de las autoridades azerbaiyanas, como respuesta al movimiento de independencia de Nagorno Karabaj (actual Artsaj) que había comenzado en 1988.

El 27 de febrero de 1988 se había llevado adelante el pogromo de la ciudad de Sumgait, donde la población armenia de la ciudad fue brutalmente masacrada y expulsada por sectores paraestatales azerbaiyanos, hecho que se replicó en Kirovabad (hoy Ganja), la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán. A principios de los '90, quedaban solamente unas 40.000 personas de origen armenio en Azerbaiyán, la mayoría mujeres y ancianos.

El 12 de enero de 1990, en medio de las masivas manifestaciones en Bakú contra el movimiento Karabaj, grupos criminales recorrieron la ciudad robando, masacrando y golpeando a toda la población armenia, instigados por las autoridades, quienes proporcionaron no solo la impunidad posterior, sino los datos de las residencias de las personas de origen armenio.

Según el historiador Thomas de Waal, hubo 90 víctimas armenias, mientras que Human Rights Watch pudo constatar 48 víctimas fatales, con cientos de heridos. Según Thomas de Waal, unas 50.000 personas se reunieron en la plaza Lenin de Bakú y al caer la noche diferentes grupos se separaron de los manifestantes del partido del Frente Popular de Azerbaiyán y comenzaron a atacar a la población armenia. Durante el pogromo en Bakú, "las casas armenias fueron incendiadas y saqueadas, mientras que muchos armenios resultaron muertos o heridos", de acuerdo con el investigador. Otros autores hablan de golpizas y torturas contra ancianos y mujeres.

El Campeón Mundial de Ajedrez Garry Kasparov, cuya madre era armenia, fue testigo directo de esos días: "Nadie detenía el pogromo armenio de Bakú, aunque había 11.000 tropas internas en la ciudad. Nadie intervendría hasta que se llevara a cabo la limpieza étnica. El pogromo no ocurría en un lugar aleatorio, sino en la enorme ciudad capital con bloques de apartamentos. En una megalópolis como Bakú, la multitud simplemente no puede llevar a cabo operaciones como esa. Cuando los pogromos van a propósito de un distrito a otro, de un departamento a otro, esto significa que se les había dado las direcciones y que tenían un coordinador".

La Cancillería de Armenia publicó un comunicado en ocasión de la fecha: "Hace 31 años, la comunidad internacional fue testigo de otro crimen contra la población armenia de Azerbaiyán: la población armenia, que era parte esencial de la identidad multicultural de Bakú en ese momento, fue sometida a masacres y deportaciones en masa llevadas a cabo con especial crueldad. Hubo centenares de asesinados, mutilados, desaparecidos, decenas de miles de refugiados. Las masacres contra los armenios en Bakú de enero de 1990 completaron la limpieza étnica de la población armenia de Azerbaiyán".

Armenia denunció que "hasta el momento, los autores intelectuales y perpetradores de las masacres anti-armenias en Bakú no han sido responsabilizados y continúan siendo glorificados como héroes", mientras que "Azerbaiyán continúa la misma política de limpieza étnica y aniquilación de la población armenia en Artsaj. Una prueba clara de ello es la eliminación de toda la población armenia de los territorios que estaban bajo el control de Azerbaiyán, que se llevó a cabo mediante crímenes de guerra masivos y limpieza étnica".

La Cancillería de Artsaj, por su parte, afirmó que el pogromo de Bakú "se convirtió en el apogeo de la política selectiva de las autoridades azerbaiyanas de exterminar a la población armenia de la antigua República Socialista Soviética de Azerbaiyán y expulsarla de sus tierras y lugares históricos", un proceso que había comenzado "con la masacre de armenios en Sumgait en febrero de 1988".

"El pogromo de Bakú se convirtió en uno de los crímenes masivos más sangrientos contra la población armenia en una serie de pogromos, deportaciones, limpieza étnica y otros crímenes de lesa humanidad cometidos en Azerbaiyán. En el período comprendido entre 1988 y 1991, la población armenia de la antigua República Socialista Soviética de Azerbaiyán fue completamente deportada, y Artsaj del Norte, Gandzak y algunos otros territorios perdieron su población autóctona. Como resultado, alrededor de medio millón de armenios se convirtieron en refugiados y miles de ellos murieron", recordó la Cancillería de Artsaj. "La política genocida y de odio por parte de Azerbaiyán contra el pueblo armenio continuó después del colapso de la URSS, en 1992-1994, en particular, durante la ocupación de las regiones de Shahumyan y Martakert de la República de Artsaj y en la aldea de Maragha, donde la mayoría de los habitantes fueron brutalmente exterminados".

En ese sentido, "la negación constante y a largo plazo por parte de las autoridades azerbaiyanas de los actos genocidas cometidos, por una parte, y el fomento de esos crímenes mediante la glorificación de sus autores, por otra, se han convertido en la principal fuerza impulsora de la política de Azerbaiyán dirigida hacia el exterminio de los armenios en su patria histórica y a todo rastro de la existencia del pueblo armenio en el territorio de su residencia ancestral. Esta política finalmente predeterminó la guerra de 44 días contra Artsaj desatada el 27 de septiembre de 2020 por Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía y con la participación de terroristas internacionales. La agresión armada estuvo acompañada de numerosos y sistemáticos crímenes de guerra, incluidos ataques selectivos contra civiles y bombardeos de infraestructura civil vital, el empleo de armas prohibidas por las convenciones internacionales, la matanza cruel de prisioneros de guerra y civiles detenidos y tratos inhumanos y despectivos hacia ellos", remarcó el comunicado de la Cancillería de Artsaj. "Es difícil imaginar el camino hacia la paz mientras la ideología y los valores misantrópicos, impuestos por las autoridades durante muchos años, sigan dominando en la sociedad azerbaiyana. Un paso importante en el proceso de curación de las heridas infligidas por el sangriento conflicto desatado por Azerbaiyán sería el reconocimiento por parte de las autoridades de Bakú de su responsabilidad directa por los crímenes masivos cometidos contra la población armenia, incluido el pogromo de enero de 1990 en Bakú, que posibilite la erradicación de los fenómenos negativos provocados por la armofobia y cree las condiciones previas para el establecimiento de una paz sostenible y duradera en la región".

Los distintos pogromos contra la población armenia en Azerbaiyán fueron señalados por el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, como "la raíz" del conflicto étnico y la causa de las dos guerras de Artsaj. A diferencia de quienes afirman que en la Unión Soviética los pueblos convivían pacíficamente, Putin aseguró que "este conflicto comenzó con enfrentamientos étnicos" y "el entonces liderazgo de la Unión Soviética no tomó ninguna medida efectiva para garantizar la seguridad de las personas", mientras que "los armenios tomaron armas y lo hicieron por su cuenta".

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