Cómo informarse sobre el conflicto de Nagorno Karabaj: una guía de fuentes confiables y profesionales

28 de septiembre de 2020

“Cuando se declara la guerra, la verdad es la primera víctima” fue la frase que acuñó el escritor británico Arthur Ponsonby en su libro Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War.

El 27 de septiembre, Azerbaiyán lanzó un ataque a gran escala contra Artsaj (Nagorno Karabaj). La situación actual, al borde de la guerra, presenta también desafíos tanto para los comunicadores, como para las personas que quieran informarse acerca del tema.

Un resumen del conflicto de Nagorno Karabaj

El origen del conflicto de Nagorno Karabaj comenzó a principios del siglo XX, cuando la región cayó bajo control de la Unión Soviética. Joseph Stalin decidió entregar la gestión de Karabaj, históricamente habitada por personas de origen armenio, a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán en calidad de región autónoma en 1923. En 1988 surgió un movimiento independentista en Armenia y en Karabaj que comenzó a manifestarse a favor de la reunificación de ambas, pedido que fue rechazado por el gobierno soviético.

Tanto Armenia como Azerbaiyán y Nagorno Karabaj declararon su independencia antes de la desintegración de la Unión Soviética, lo que desembocó en una guerra entre Nagorno Karabaj, apoyada por Armenia, y Azerbaiyán, apoyada por Turquía.

Durante el conflicto, se produjeron los pogromos de Sumgait, Bakú y Kirovabad, una serie de matanzas y ataques contra la población armenia que vivía en Azerbaiyán, promovidos por las autoridades azerbaiyanas y ejecutado por civiles. En la guerra, el actual gobierno de Azerbaiyán denuncia que el ejército armenio produjo una masacre en el poblado de Khojaly, hecho por el que el gobierno de Armenia culpa al propio ejército de Azerbaiyán.

La guerra a gran escala duró hasta 1994, cuando Azerbaiyán se vio obligada a firmar un cese del fuego con Nagorno Karabaj y Armenia tras sufrir grandes derrotas militares. En ese momento, se acordó que el organismo encargado de mediar en el conflicto sería el Grupo de Minsk de la OSCE, copresidido por Estados Unidos, Rusia y Francia.

El ejército de Nagorno Karabaj controla actualmente siete distritos adyacentes que son parte de Azerbaiyán, cuya población fue desplazada durante la guerra. El gobierno de Azerbaiyán considera a Nagorno Karabaj como un territorio propio ocupado por Armenia, y se ampara en el derecho internacional a la integridad territorial. La población de Nagorno Karabaj fundó una República con todas sus instituciones y argumenta que su población cuenta con el derecho a la autodeterminación para declararse independiente. La República de Nagorno Karabaj (actualmente llamada Artsaj) no es reconocida por ningún país del mundo.

Desde la firma del cese del fuego, hubo violaciones a la tregua en la línea de contacto, con situaciones que llegaron a escalar en la Guerra de los Cuatro Días de abril de 2016 o en el actual ataque de septiembre de 2020. Cabe destacar que Armenia y Artsaj buscan mantener el statu quo, mientras que Azerbaiyán intenta modificar la situación actual.

En 2020, hubo una escalada del conflicto en julio, cuando Azerbaiyán atacó la provincia de Tavush, en Armenia. El ejército armenio repelió el ataque y tomó posiciones dentro de Azerbaiyán.

Luego de conocerse la noticia, en Azerbaiyán hubo una multitudinaria marcha con casi 10.000 personas para pedir al gobierno del presidente Ilham Aliyev que declare nuevamente la guerra contra Armenia y Artsaj. La situación se calmó lentamente, pero hubo enfrentamientos a lo largo del mundo: la diáspora armenia se movilizó para manifestarse frente a distintas Embajadas de Azerbaiyán, que fueron “defendidas” por grupos de personas de origen azerbaiyano o turco.

El domingo 27 de septiembre, Azerbaiyán comenzó un ataque a gran escala contra Artsaj. El gobierno de Artsaj denunció que hubo ataques contra civiles en la capital, Stepanakert, y que Turquía se involucró directamente en el conflicto.

La desinformación por parte de Azerbaiyán

Desde hace varios años, el gobierno de Azerbaiyán mantiene una política de racismo contra las personas de origen armenio, a quienes se las considera enemigas. La familia del actual presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, gobernó el país por casi 40 años y contando. “Nuestros principales enemigos son los armenios de todo el mundo”, dijo Aliyev en 2012, quien en reiteradas oportunidades amenazó con reiniciar la guerra. En julio de 2020, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán amenazó con atacar la Central Nuclear Metsamor en Armenia, algo que podría causar una catástrofe regional contra todas las poblaciones de la zona. El gobierno de Aliyev es periódicamente denunciado por los organismos internacionales de derechos humanos.

Dentro de ese marco, la diplomacia de Azerbaiyán se centra en generar noticias falsas y difundir la desinformación acerca del conflicto.

Una de las estrategias de Azerbaiyán es mentir sobre la resolución del conflicto: periódicamente se citan resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en 1993 que no tienen sustento legal para su aplicación, ya que el organismo mediador del conflicto (aceptado por la propia Azerbaiyán) es el Grupo de Minsk de la OSCE, algo que señalan las mismas resoluciones que cita Azerbaiyán. El intento de invisibilizar y criticar al Grupo de Minsk es una estrategia del gobierno de Azerbaiyán para buscar otra forma de resolución del conflicto.

La segunda estrategia, repetida en general en todos los conflictos, es la de acusar al ejército armenio de “atacar primero”. Como se dijo anteriormente, tanto Armenia como Artsaj no necesitan ganar posiciones ya que son la parte defensora: quien inicia siempre los conflictos armados es el ejército azerbaiyano. Dentro del ámbito de mediación, tanto Armenia como Estados Unidos, Rusia y Francia están a favor de generar un mecanismo para investigar las violaciones al cese del fuego en la línea de contacto. El único que rechaza este mecanismo es Azerbaiyán, quien necesita un justificativo para las incursiones militares.

Una tercer estrategia es confundir los territorios adyacentes con el territorio de Karabaj. Azerbaiyán se vio obligada a firmar el cese del fuego en 1994 luego de sucesivas derrotas militares, un acuerdo que establecía los límites de la zona de contacto. Por esta razón es que la población de Artsaj no es una población separatista, ya que declararon su independencia de la misma forma y bajo el mismo mecanismo que lo hicieron Azerbaiyán y Armenia de la Unión Soviética. Azerbaiyán afirma que un 20% de su territorio está ocupado, una cifra que incluye al territorio de Artsaj que declaró su independencia el 2 de septiembre de 1991. La población de Artsaj no es ocupante, ya que es población ancestralmente nativa de esas tierras.

Las fuentes confiables y un desafío para el periodismo

El principal problema a la hora de comunicar acerca del conflicto de Nagorno Karabaj es la falta de fuentes confiables en Azerbaiyán. El gobierno azerbaiyano es uno de los peores países en el ranking de libertad de expresión de Reporteros sin Fronteras (168 sobre 180 países) y prácticamente todos los medios de comunicación del país están controlados por el gobierno autoritario de Ilham Aliyev.

La dificultad, entonces, radica en no poder contar con “las dos campanas”, una premisa general de la ética periodística en estos tipos de conflictos geopolíticos con argumentos cruzados.

El gobierno de Armenia, que fue criticado internamente en 2016 al ocultar la derrota militar de la Guerra de los Cuatro Días, realizó un buen trabajo de comunicación en los últimos años para presentar pruebas audiovisuales y fotográficas de todas sus manifestaciones. Es por eso que el Ministerio de Defensa de Armenia realiza un buen trabajo compilando las evidencias y documentos de lo que ocurra en el conflicto.

También es para destacar el trabajo de la oficina del Ombudsman de Artsaj, que, al estar en el lugar del conflicto, documenta sistemáticamente con fotografías cada hecho que ocurra.

Las agencias de noticias más recomendables y que cuentan con información verificada sobre el conflicto son la francesa Agence France-Presse (AFP) y la alemana Deutsche Welle (DW). La agencia argentina Télam también cubre periódicamente el conflicto, como también la rusa Sputnik. En este caso, no se recomiendan utilizar las notas de las agencias españolas Reuters o EFE, que tienden a ser parciales en sus notas.

Por último, se destacan los medios de las comunidades armenias a lo largo del mundo: la agencia estatal Armenpress presenta las noticias de forma rigurosa, pero con la agenda del gobierno de Armenia, de igual forma que Artsakhpress. Los diarios estadounidenses Asbarez, The Armenian Weekly y EVN Report producen periodismo de calidad enfocado en los temas armenios. Dentro de los medios de comunicación armenios de Sudamérica, se destacan como medios profesionales el Diario Armenia, con una trayectoria de casi 90 años y que cuenta con un servicio de información minuto a minuto actualizado las 24 hs, su agencia de noticias Prensa Armenia, y el programa radial Audición Gomidás, con 85 años de trabajo.

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