Epílogo semanal Diario ARMENIA 6/1/2022

06 de enero de 2022

Alguien te está espiando

A principios de la semana pasada la comunidad armenia de la Argentina se vio alertada por la publicación de un informe de inteligencia realizado por el Centro de Análisis de Relaciones Internacionales (Center of Analysis of International Relations – AIR Center) un think tank (usina de pensamiento) de Azerbaiyán creada por el Gobierno de Ilham Aliyev en 2019. 

En su página, el Air Center, una entidad jurídica pública, dice “Estudiamos la sinergia entre el lobby armenio en el exterior y la República de Armenia, cómo se influyen entre sí y cómo trabajan en contra de los intereses de Azerbaiyán en diferentes partes del mundo”.

El dossier de 83 páginas es bien detallado, aunque con errores. Intenta demostrar que algunas instituciones comunitarias son la “pantalla” de un gran ejercicio de lobby local con políticos y funcionarios argentinos nombrando impúdicamente a varios de ellos. 

Si bien este es un informe público, no se descarta que hayan realizado informes reservados con información clasificada. En este sentido no pocos dirigentes comunitarios asociaron este accionar de Azerbaiyán a aquella frase de marzo de 2012 de la que jamás se arrepintió el presidente Ilham Aliyev en la que señala que “los enemigos de Azerbaiyán son los armenios de todo el mundo y los políticos hipócritas y corruptos bajo su control”.

Siguiendo la lógica de Azerbaiyán, que considera enemigos a los integrantes de la comunidad armenia, no sorprende el enfoque de este informe. La cuestión es que en la Argentina se vive en un estado de derecho y este tipo de acciones están fuera de la ley.

La redacción de Diario ARMENIA recibió algunos comentarios en los que se pone en duda que se trate realmente de un trabajo de inteligencia y otros que cuestionan el carácter ilegal del informe, tal como se consigna en la nota periodística. Sin embargo, es importante destacar que hacer inteligencia recopilando antecedentes de personas de fuentes públicas disponibles es uno de los tantos estilos o tipos de inteligencia que la Ley de Inteligencia Nacional 25.520 en su artículo 11 prohíbe.

El descubrimiento del informe lo realizó el mismo equipo periodístico de Diario ARMENIA que sacó a la luz los nombres de los argentinos (entre ellos varios periodistas) en las listas negras de Azerbaiyán; el mismo equipo que dio a conocer la historia del ofrecimiento millonario a Matías Lammens por parte de Azerbaiyán para el sponsoreo de la camiseta de San Lorenzo a cambio de “no incluir a armenios” en la Comisión Directiva del club de Boedo, algo que terminó en un honroso rechazo por parte del dirigente; el mismo equipo que reveló que el ministro de Relaciones Exteriores turco Mevlut Cavusoglu agradeció a la canciller argentina Susana Malcorra por “su posición respecto al Genocidio Armenio”; el mismo equipo que reveló el entramado entre la Embajada de Turquía y el entonces Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, Diego Santilli, para la colocación del busto de Mustafá Kemal (el autodenominado Atatürk) en una esquina de la Ciudad de Buenos Aires; entre otros temas trascendentes para nuestra comunidad.

Como señala la nota publicada, el Air Center firmó convenios con el Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC), de Argentina, y cuenta con el apoyo de Equilibrium Global, una agencia de comunicación de segunda línea encargada de operar para la Embajada de Azerbaiyán en el país utilizando, en algunos casos, los servicios de los alumnos de la Cátedra de Azerbaiyán de la Universidad Nacional de La Plata, Cátedra que nos tiene acostumbrados a que tergiverse con datos falsos la información sobre el Cáucaso Sur.

No es novedad que en algunas embajadas actúan agentes encubiertos con títulos de agregados especiales. La Embajada de Turquía recibió hace poco tiempo atrás, bajo la administración del actual embajador, una advertencia desde la Cancillería Argentina en ese sentido.

Indignación por las declaraciones de Nikol Pashinyan

El 24 de diciembre en una conferencia de prensa transmitida por Facebook, Nikol Pashinyan hizo declaraciones provocativas y escandalosas pero, por sobre todo, extremadamente peligrosas sobre la cuestión de Artsaj cuestionando su soberanía, la integridad territorial y el derecho legítimo al reconocimiento de la República.

Avanzó sobre la idea de que debemos aceptar a Artsaj como parte integrante de Azerbaiyán y respetar su integridad territorial y subordinó el derecho de los armenios de Artsaj a la autodeterminación. El libreto completo de Bakú.

El Primer Ministro rechazó la idea de exigir la retirada de las fuerzas azerbaiyanas de los territorios que ocuparon durante la guerra de 2020, incluidos los territorios del antiguo Óblast Autónomo de Nagorno Karabaj que incluye Hadrut, Martakert, Martuni, Askeran y la ciudad Shushí. Dejó en claro que Armenia no exigirá la independencia ni siquiera de esa pequeña entidad de aproximadamente 3000 km cuadrados pisoteando, de esta forma, la voluntad del pueblo de Artsaj expresada el 10 de diciembre de 1991 y de los miles de armenios que dieron su vida por la libertad y la independencia de la República.

En un esfuerzo de quitarse la culpa tras la vergonzosa derrota de la guerra de 44 días, Pashinyan afirmó que Nagorno Karabaj perdió todas las oportunidades de no ser parte de Azerbaiyán en 2016. Agregó, además, que durante todo el proceso de negociación con los copresidentes de la OCSE Karabaj “nunca fue considerada una unión netamente armenia”.

En la conferencia de prensa Pashinyan evitó hablar de la cuestión del status de Artsaj. El 7 de diciembre había dicho que el status final “podría no incluir la independencia”, un adelanto de estas nuevas declaraciones que ya habían provocado la ira de propios y de ajenos en la política.

La reacción de las autoridades de la República de Artsaj no tardó en llegar. El 27 de diciembre el Parlamento expresó su indignación y desacuerdo total por las declaraciones del Primer Ministro que calificó de ideas dañinas y peligrosas. Al día siguiente el presidente Arayk Harutyunyan también criticó a Pashinyan, señalando que el pleno reconocimiento del derecho del pueblo de Karabaj a la autodeterminación no tolera reservas y compromisos, y que solo sus autoridades tienen derecho a hablar en nombre de los residentes”.

Harutyunyan hizo hincapié en que, tanto en términos de status como de demografía, un regreso al pasado es imposible. Afirmó también que la integridad territorial de Karabaj debe restablecerse en los territorios donde fue proclamada en 1991 en pleno cumplimiento de las normas del Derecho Internacional. El expresidente Robert Kocharyan se expresó en el mismo sentido.

En diferentes columnas venimos advirtiendo que el Primer Ministro de Armenia, que es quien debería defender los intereses no solo de Armenia sino también de Artsaj en las negociaciones, estaba eludiendo el tema del status definitivo. Pashinyan pretende firmar un tratado de paz con Azerbaiyán con algún status de autonomía cultural dentro de las fronteras de la declaración del 10 de noviembre de 2020, algo totalmente inadmisible. “Cualquier discusión sobre el status debe garantizar que Artsaj no esté bajo dominio azerbaiyano”, viene sosteniendo el canciller de Artsaj, David Babayan.

El “transparente” líder de la “Revolución de terciopelo” intentó hacernos creer que la cuestión del status de Artsaj, la delineación y demarcación de las fronteras, el tema de las comunicaciones y la normalización de las relaciones con Turquía eran cosas separadas y que no están relacionadas entre sí. En este último tema, el gobierno aseguró que el proceso sería sin condiciones previas. Una mentira más como quedó demostrado tras leer las afirmaciones del vicepresidente turco. En este link se puede leer el comunicado del Buró de la FRA-Tashnagtsutiún sobre este controversial tema.

Poco a poco, Nikol Pashinyan fue eliminando de su vocabulario la palabra “República” al referirse a Artsaj. Además, acató e hizo acatar a los funcionarios de alto rango de su gobierno la orden de no visitarla. Otro de los acuerdos verbales del Primer Ministro armenio. Al último Ministro de Defensa, Arshak Karapetyan, lo hicieron renunciar luego de pisar Stapanakert. Vergonzoso.

Muchos analistas coinciden en señalar que uno de los principales problemas de Armenia, y que debilita notablemente su posición, es que después de la dura derrota en la guerra del 2020 el Primer Ministro no dimitió de inmediato de su cargo, una situación pocas veces vista en la historia contemporánea. El mismo que perdió la guerra es el que negocia con sus vencedores.

A lo largo del año que acaba de finalizar quedó demostrado que este gobierno no puede proteger los intereses del país y que está llevando a Artsaj y a sus habitantes a una catástrofe política, estratégica y, especialmente, humanitaria.

Feliz navidad para los que siguen las tradiciones armenias.

Hasta la próxima semana.

Pablo Kendikian
Director de Diario ARMENIA

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