Victoria de la propaganda espejo azerbaiyana: la Corte Internacional de Justicia emite el mismo fallo contra Azerbaiyán y Armenia por odio racial
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de las Naciones Unidas (ONU), emitió dos fallos el 7 de diciembre en el que exige tanto a Armenia como a Azerbaiyán que “tomen todas las medidas necesarias para prevenir la incitación y la promoción del odio racial”.
“Ambas partes se abstendrán de cualquier acción que pueda agravar o extender la controversia antes la Corte o dificultar la resolución”, señala la CIJ de forma idéntica en ambos fallos.
En el caso de la denuncia de Armenia, la Corte le exige a Azerbaiyán “proteger de la violencia y los daños corporales a todas las personas capturadas en relación con el conflicto de 2020 que permanezcan detenidos y garanticen su seguridad e igualdad ante la ley”, como así también “tomar todas las medidas necesarias para prevenir y castigar los actos de vandalismo y profanación que afecten al patrimonio cultural armenio, incluidas, entre otras, iglesias y otros lugares de culto, monumentos, lugares emblemáticos, cementerios y artefactos”. Cabe señalar que Armenia había pedido a la CIJ que exija a Azerbaiyán la liberación de todos los prisioneros de guerra y cautivos.
Yeghishe Kirakosyan, representante de Armenia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y agente de Armenia ante la CIJ, celebró el fallo y aseguró que el organismo “concedió casi todas las medidas provisionales solicitadas por Armenia contra Azerbaiyán y rechazó la mayoría de las medidas solicitadas por Azerbaiyán”. En su solicitud de medidas, Azerbaiyán había exigido a Armenia que entregue mapas con minas en los territorios de Artsaj ocupados por Azerbaiyán y regiones circundantes, algo que el Gobierno armenio asegura que ya cumplió. La CIJ no hizo referencia a este pedido de Azerbaiyán por el momento.
La Cancillería de Armenia emitió un comunicado posterior en el que planteó que “la Corte hizo alusión a la declaración oficial del representante de Azerbaiyán de que ha sido retirada del llamado ‘Parque de los Trofeos Militares’ la exhibición de maniquíes que representaban a soldados armenios y de cascos usados por los soldados armenios durante la segunda guerra de Nagorno Karabaj y de que no se volverán a exponer en el futuro”. “También es altamente significativo que la Corte, en su sentencia, obligó únicamente a Azerbaiyán a tomar todas las medidas necesarias para prevenir la discriminación y la incitación a la discriminación, ‘incluso por parte de sus funcionarios e instituciones estatales’. La retórica de armenofobia expresada constantemente por los máximos dirigentes de Azerbaiyán, el trato inhumano de los armenios bajo el control o la jurisdicción de Azerbaiyán, así como la destrucción y profanación del patrimonio cultural y religioso armenio son obstáculos insuperables para la disminución de la tensión y el desarrollo pacífico de la región”. “Las sentencias de la Corte sobre la implementación de medidas urgentes reconocen estos hechos y establecen para abordarlos las obligaciones legales vinculantes de acuerdo con el derecho internacional”, aseguró la diplomacia de Armenia.
Armenia había presentado el 16 de septiembre una denuncia contra Azerbaiyán ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas por discriminación racial en violación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD) y crímenes de guerra durante el 2020. Apenas se conoció la noticia, el Gobierno azerbaiyano anunció que haría una presentación igual, siguiendo con su estrategia de “propaganda espejo” que consiste en acusar a Armenia de lo mismo que es acusada Azerbaiyán.
La denuncia de Armenia contra Azerbaiyán por odio racial
En su presentación, el Gobierno armenio brinda un detallado informe sobre las violaciones a la CERD por parte del Gobierno azerbaiyano: “Estas violaciones están dirigidas a personas de origen étnico o nacional armenio independientemente de su nacionalidad real”, plantea el informe.
“Durante décadas, Azerbaiyán ha sometido a los armenios a discriminaciones raciales. El odio anti-armenio es una política de estado formal, enseñada en las escuelas y apoyada regularmente en los niveles más altos del gobierno, con el presidente de Azerbaiyán, el propio Ilham Aliyev, liderando el camino. Como resultado de esta política de odio a los armenios patrocinada por el Estado, los armenios han sido objeto de discriminación sistémica, asesinatos en masa, torturas y otros abusos”, informó Armenia, mientras que denunció que “el patrimonio cultural armenio también ha sido sistemáticamente destruido, borrado y falsificado”.
“Incluso después del final de las hostilidades, Azerbaiyán continuó con el asesinato, tortura y otros abusos de prisioneros de guerra armenios, rehenes y otras personas detenidas. También sembró las semillas de una catástrofe futura al erigir un parque abominable que conmociona la conciencia con sus representaciones del odio racial y ha seguido destruyendo, borrando y falsificando sistemáticamente la cultura armenia y el patrimonio del pueblo”.
“Azerbaiyán se ha involucrado, promovido y tolerado la discriminación contra los armenios desde antes de su aparición como un Estado independiente. Continúa haciéndolo de manera continua de una manera que presenta una amenaza urgente de daño irreparable”, advirtió Armenia.
Durante la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj) en 2020 desatada por Azerbaiyán y Turquía y en la invasión de Azerbaiyán contra Armenia desde mayo de 2021, importantes organismos de derechos humanos y otros organismos internacionales adoptaron una postura de neutralidad frente al conflicto, una postura que favoreció a los países agresores.
La política genocida de Azerbaiyán contra la población armenia se vio evidenciada durante la guerra de Artsaj, donde la deshumanización contra las personas de origen armenio dio lugar a crímenes de guerra aberrantes contra civiles y prisioneros de guerra, como ejecuciones y mutilaciones documentadas en video por parte de los soldados azerbaiyanos, y alentadas por el propio Gobierno. A esto se sumó la campaña de destrucción del patrimonio cultural armenio de la región.
Sobre la Corte Internacional de Justicia
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) es el principal órgano judicial de las Naciones Unidas (ONU). Fue establecido en junio de 1945 por la Carta de las Naciones Unidas y comenzó a funcionar en abril de 1946.
La sede de la Corte se encuentra en el Palacio de la Paz en La Haya (Países Bajos).
La función de la Corte consiste en resolver, de conformidad con el derecho internacional, las controversias jurídicas que le presenten los Estados y emitir opiniones consultivas sobre cuestiones jurídicas que le remitan los órganos y organismos especializados autorizados de las Naciones Unidas.
La Corte está compuesta por 15 jueces, que son elegidos por períodos de nueve años por la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad. Está asistido por un Registro, su órgano administrativo. Sus idiomas oficiales son el inglés y el francés.